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El nuevo arzobispo de Asunción, al referirse a sus prioridades pastorales, dijo que ya se reunió con sacerdotes de los sectores más pobres de la Arquidiócesis, que son los bañados, y han coincidido en trabajar en la dignificación de la persona, defender al bañadense en sus derechos, defenderlos como ciudadanos que necesitan la ayuda de la Iglesia.
“Cada persona humana tiene dignidad. Si no cuidamos y protegemos a las personas serán atropelladas por los megaproyectos que quieren desalojarlas. En ese sentido, se dialogará con la Municipalidad, con las autoridades nacionales para que el bañadense sea respetado y acompañado. Son ellos con sus organizaciones sociales quienes deben ir dando respuestas a las diversas propuestas que se les ofrecen”, puntualizó.
En otro momento, sostuvo que la hoja de ruta que el papa Francisco presenta es la alegría del Evangelio, que debe llevar a todos los cristianos a ser más misioneros, infundir ese espíritu en las pastorales social, familiar, de juventud, educativa, litúrgica y catequética.
Agregó que todo ese espíritu se impulsará por la experiencia en Cristo. “Estuve 15 años de misionero en Angola. Fue una experiencia reflexionada de cómo la Iglesia anuncia el Evangelio en lugares muy sufridos, en donde hay explotación y guerra; y con todo eso, la semilla del Evangelio, la fe en Cristo, ha caído con fuerza y ha traído reconciliación y paz gracias al trabajo de la Iglesia. Desde 2001 ese país vive en la reconciliación”, resaltó el nuevo arzobispo.
Mons. Valenzuela también fue obispo misionero en el Chaco, donde estuvo 6 años como vicario apostólico, y en ese lugar de marginación y de abandono, dijo que se ha arremangado para estar al lado de los chaqueños, y a través de la evangelización y la educación, se ha promovido una sociedad con más unidad y una gobernación más comprometida con la población y la juventud. Agregó que el Chaco le permitió conocer el Paraguay que sufre y espera. “Ese Chaco es riquísimo. Allá hay petróleo; abarca también el Acuífero Guaraní. Además tiene otras condiciones de tierra, que si tuviera más posibilidad de almacenar más agua y con acueductos del río Paraguay, sería un vergel. El futuro del Paraguay sería el Chaco”, destacó.
En otro momento, prometió poner toda esa experiencia del lado de los pobres y jóvenes, porque como salesiano, siempre privilegiará a los jóvenes abandonados, “por quienes hay que esforzarse para que accedan a una buena educación y a su formación profesional”.
Consultado acerca de cuál será su relación con las demás religiones, indicó que la Iglesia Católica siempre apunta al ecumenismo, al diálogo, a trabajar juntos en los temas que unen y no poner en evidencia los que desunen, que algunas veces son principios doctrinales, históricos, que también se podían reexaminar. Agregó que el ecumenismo existe donde están las iglesias evangélicas, ortodoxas y la católica y tienen un largo camino para dialogar.
Agregó que en este continente aún cuesta mucho el diálogo, sobre todo en Paraguay, porque requiere un cambio de mentalidad, ser más dialogante y saber escuchar.
Indicó que con las iglesias evangélicas se puede trabajar en lo social, en la justicia, por el desarrollo de las personas; por los marginados y excluidos de la sociedad, porque ambas religiones tienen la fuerza de la caridad de Cristo. Por eso prometió visitar a los pastores para crear redes, ofreciendo la Pastoral Social Arquidiocesana y que también colabore con la Pastoral Social Evangélica.