Nuestro canto al amor

El mes del amor nos invita a pensar en cosas buenas como las melodías inolvidables. La guarania evoca dulcemente al amor, a la amada, a la tierra que nos vio nacer. Charlamos sobre el tema con el compositor compatriota Antonio Medina Boselli.

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“Sin amor, la canción no hubiera nacido”, dice el compositor concepcionero Antonio Medina Boselli (81 años). “Tengo un centenar de composiciones, todas inspiradas en el amor”, confiesa. Antonio está casado con Mirta Aveiro, tienen 3 hijos y 6 nietos. Nos recibió en la sala de su casa, un lugar acogedor donde no falta, por supuesto, el piano. Entre sus obras musicales más queridas figuran las canciones que interpretó Marco de Brix en la OTI, Soñaremos como ayer (83) y Un mundo diferente (88). “Llevaba tiempo buscando quién cantara esos temas -rememora-; nuestros padres eran amigos y músicos, por eso le conocía a Marquitos y pensé en él. Fue un gran intérprete, con talento y ángel”.

La guarania es un género musical inspirado en la polca paraguaya. Tiene ritmos y melodías más lentas, letras que hablan de amor, de añoranza. Su creación se convirtió en el fenómeno musical más importante de Paraguay del siglo XX, temas como Mis Noches Sin Ti o Recuerdos de Ypacaraí son interpretados por artistas nacionales e internacionales. “Cuando el mundo tuvo vida, integró el amor y el amor trajo el romanticismo: Agustín Lara, Ernesto Lecuona, Manzanero, hasta hace poco Cantoral, menos mal que todavía está componiendo Chico Novarro. A nivel de guaranias tenemos a los grandes Demetrio Ortiz, Ortiz Guerrero, Luis Alberto del Paraná. También Alberto Vera, Margarita Pildayn y Johnny Monte, Santos Lima, todos ellos ya han partido pero nos dejaron su legado más preciado. Hoy están Eduardo Rivas, Óscar Gómez, Alberto de Luque, Diana Barboza, Lizza Bogado, Kike Krona, Luis Álvarez, Emilio García, Carlos Báez, Pilo Lloret, entre los más jóvenes, Pablo Benegas y David Portillo, y seguro me faltan muchos más”, conversa entusiasmado Antonio e, inspirado, tararea una partecita de Mi dicha lejana (Emigdio Ayala Báez) y Oración a mi amada (Eladio Martínez). “También tenemos al maestro Florentín Giménez”.

Volviendo al nacimiento de la guarania, el compositor cuenta: “En su época tuvo sus detractores, decían que era una degeneración de la polca paraguaya, pero la genialidad de su creador superó toda crítica. Una de sus primeras guaranias se estrenó en un hotel céntrico -creo que fue el Colonial-, ahí estuvo el presidente de la República. ‘¿De dónde salió esta música tan linda?’, preguntó. Le contestaron: ‘Compuso un soldadito de la banda de policía, se llama José Asunción Flores’ ”.

La guarania nació en 1925, la primera fue Arribeño Resay (lágrimas del arribeño), con letra de Fontao Meza, “le cantaba al arriero romántico que viene a la ciudad y añora. Después se compuso India, con letra de Ortiz Guerrero, ‘India bella mezcla de diosa y pantera, doncella desnuda que habita el Guairá…’, el poeta sentía profunda admiración por la mujer paraguaya, la indígena”.

Muy nuestras pero ajenas, las mejores guaranias están registradas en el extranjero: “Sé que te perdí, Tus lágrimas, entre tantas otras, lastimosamente están registradas en Buenos Aires”.

Respecto a las letras siempre hablaron de profundos sentimientos: “Nde rendápe aju es una serenata que le canta al ser amado, todo en guaraní, como Mombyry guive, que dice: ‘Vengo de muy lejos para alabarte, ojalá me vista de jazmines para alabarte…’, realmente no se puede traducir tanta belleza”. Se escribían letras para conquistar, para no olvidar ni ser olvidado, para pedir perdón. “Antes se llevaba serenata. Eso desapareció. Se llegaba de sorpresa ante la ventana de la dama. Cuando éramos estudiantes, con mi grupo, la Big Boy Serenades, tocábamos. Nos íbamos acompañando al muchacho, al finalizar la tercera canción la chica tenía que salir. El pretendiente o novio se quedaba a hablar un rato y nosotros nos íbamos. Cobrábamos sí, aunque a veces no porque era para algún amigo. Se llevaba la serenata a las 3 o 4 de la madrugada. A esa hora había un silencio sepulcral y, de repente, estallaba una melodía maravillosa… eso sí, primero teníamos que pedir permiso a la policía, o si no terminábamos todos en la comisaría”

Para Antonio la mujer de hoy, aunque más materialista, aún se rinde ante una canción romántica. “La guarania seduce; contrariamente a otros géneros, no puede tener letras violentas ni agresivas”. Además, pide enseñar música en la casa, en la escuela, “¿Por qué no motivar una clase o un momento familiar cantando? En Paraguay nos falta promocionar a nivel nacional, para que surjan más compositores. Es importante la educación musical en la escolar básica porque la música es vida y movimiento, y solo existe si la oímos, interpretamos o reproducimos creativamente. No comprendo cómo no se le da importancia a esta asignatura clave para que los niños desarrollen el razonamiento lógico, la emoción estética y las relaciones interpersonales para la convivencia democrática”, se pregunta; y remata: “Las casas de discos ya no existen para difundir y vender nuestra música, que es nuestra identidad popular”.

“Soy un romántico y no me avergüenzo”

Antonio Medina Boselli estudió música con su padre, César Medina. También participó en cursos de dirección orquestal con Luis Szarán y otros maestros. Fue profesor de educación musical en colegios de Asunción. “Tengo la dicha de ver crecer a mis alumnos, como Mónica Elizeche, que está desarrollando el bolero jazz”. Además de las canciones que interpretó Marco de Brix en la OTI, tiene otras creaciones como Nostalgias de San Bernardino, Junto al arroyo, Alma viajera, Tus ojos me dicen, Una canción para vivir y Mi ansiedad. “La inspiración no tiene horario, simplemente te llega. Soy jubilado bancario, no me dediqué a la música por completo, pero nunca dejé de componer. Los músicos en general somos sensibles y buenas personas, aun los cascarrabias en el fondo son nobles. A mí me gusta soñar. Soy un romántico, un bohemio 100% y no me avergüenzo de decirlo. Mis letras reflejan mi forma de entender el amor y la vida… “qué fantástico sería/ si algún día volvieras a amarme/ como ayer/cual juglar de fantasías de colores yo dibujaría/ un altar con flores y alegrías”, “las galaxias nos verán en burbujas pasear y besarnos como ayer… como ayer”.

lperalta@abc.com.py

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