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Ayer culminó la asamblea conjunta de obispos y superiores de congregaciones religiosas en la Casa de la Familia Salesiana de Ypacaraí. Hoy y hasta el viernes, en el mismo lugar, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) ya sin la participación de los religiosos, continúa sus deliberaciones.
Durante los primeros días del encuentro conjunto se debatió la realidad eclesial y nacional y también se hizo una autocrítica de la labor de la jerarquía.
Momento muy especial de la Iglesia
Uno de los expositores fue el franciscano capuchino Dr. Mariosvaldo Florentino, quien en su ponencia destacó los defectos de la Iglesia actual. “Estamos viviendo un momento muy especial en la Iglesia. Ahora la propia Iglesia se abre a la crítica, se deja cuestionar. Ahora el diálogo es más sincero. En otras asambleas había enojo; ahora hasta hay interés de escuchar la crítica, la voz de la sociedad y es fruto bonito del pontificado del papa Francisco”, comenzó diciendo.
Recordó que el pontificado del Papa es un llamado de atención sobre la necesidad de volver a Cristo y al Evangelio. “Porque la misericordia es el encuentro con Cristo”, señaló.
Al referirse a la conversión que acostumbra la Iglesia reclamar a los fieles, indicó que ella siempre llama a los otros a la conversión, “pero no todas las veces la Iglesia llama para que se convierta ella misma y nosotros también necesitamos conversión”. Agregó que obispos, sacerdotes y religiosas necesitan sanar e ir al encuentro de las distintas realidades venciendo una posición cómoda.
Redescubrir a Cristo
“El Papa propone redescubrir a Cristo y no teorizar ese encuentro. Como religiosos, religiosas, sacerdotes y obispos muchas veces teorizamos las cosas; somos capaces de predicar muchísimo, pero no siempre asumir o tener el encuentro o reencuentro con el Cristo bíblico y evangélico”, manifestó.
“En muchos lugares se está dando una búsqueda de adecuación a la voluntad del Papa, al estilo del Papa. Los obispos, sacerdotes, religiosas y también los laicos están buscando adecuarse a un estilo del Papa, hasta en signos externos, usando la misma cruz y él no quiere que nadie se acomode a su estilo. Vivimos una suerte de euforia con el fenómeno papa Francisco y nos viene en gana hacer todo lo que él hace. Se va a la cárcel y todos nos vamos; pero lo hacemos sin ser el fruto de una conversión, sin un cambio que nace de adentro y sin la seguridad de que vamos a seguir haciendo aunque cambie el Papa”, remarcó.
Si la conversión no nace como una exigencia de una experiencia evangélica, sino por una moda papal, la Iglesia va a sufrir mucho, porque no sabemos cuánto tiempo durará su pontificado, dijo en otro momento.
“La conversión de la Iglesia no debe ser un adecuarse a la voluntad del Papa, porque lo que él quiere es que la Iglesia redescubra su vocación, su ser de ser Iglesia evangélica, cristiana” y que aun cuando cambie el Papa, igual se a continúe, “en ese sentido debemos estar atentos porque el Papa es latinoamericano y está imponiendo en la Iglesia un modo se ser latinoamericano”, sostuvo.