Cargando...
Se aprovechan del proceso lento debido al paso de las carpetas por todas las dependencias de la Comuna. Para acelerar los trámites los funcionarios reciben alguna “comisión”. En la mayoría de los casos las construcciones comienzan antes de la aprobación de los planos, con la garantía de no ser fiscalizados.
Un ejemplo es el edificio que se construye sobre Gral. Santos y Tte. Genaro Ruiz. Se está erigiendo sobre un arroyo, prohibido por ordenanza. La solicitud (expediente N° 6575) se presentó ante la Municipalidad el año pasado. Esta y otras irregularidades denunció el funcionario Rufino Colmán, que se encadenó en la explanada de la Municipalidad en abril pasado en protesta por haber sido separado del cargo de fiscalizador. Le pusieron a disposición de recursos humanos porque se fue a fiscalizar una obra sin tener la orden de trabajo, es decir, sin permiso de sus jefes.
La evasión impositiva en la Municipalidad superaría los US$ 70 millones de acuerdo a informaciones manejadas en la Comuna.
Según el concejal Federico Franco Troche (Juntos Podemos) existen construcciones en inmuebles que en los registros de la Municipalidad figuran como baldíos.
Nuestro diario publicó ayer en su página digital una grabación telefónica que pone al descubierto el modus operandi de los funcionarios en el tema de las fiscalizaciones de obras. La conversación es entre la secretaria de la Dirección de Obras, Lidia Rodríguez, con más de 30 años de antigüedad en la Comuna, y el fiscalizador Julio Bordón, que ingresó en 2010.
Rodríguez le reclama la fiscalización de una obra que es del director de Desarrollo Urbano, arquitecto José Segalés. El fiscalizador fue Gustavo Ayala.
Otros mencionados fueron Carlos Noguera, jefe de fiscalización, y el ingeniero Carlos Halke, director de Obras de Privadas. Nadie quiso dar explicaciones sobre la conversación.