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Los informes de los varios estudios del Acuífero Patiño coinciden que tiene una alta concentración de coliformes fecales. Sobre este acuífero se encuentran habitando cerca de tres millones de personas, distribuidas en los municipios de los departamentos Central y Paraguarí, además de una gran parte de Asunción.
Esos coliformes fecales llegan al acuífero a través de infiltraciones del suelo de los residuos cloacales de las letrinas. Pero gran parte es aporte de los efluentes que se arrojan en los arroyos que alimentan al acuífero o en los baldíos, por parte de camiones cisternas que trabajan en la clandestinidad.
Además, se detectaron cargas contaminantes provenientes de las cargas tóxicas de efluentes industriales, que también transportan cisternas clandestinos.
Las habilitadas
Una de las dos únicas plantas procesadoras de efluentes es “San Rafael”, de Blanca Bogarín, que está en Costa Azul, Limpio. Tiene licencia ambiental de la Secretaría del Ambiente (Seam) para recibir cargas cloacales e industriales.
Es la única planta del país para procesar residuos industriales, pero ni siquiera 10 industrias la utilizan. El resto estaría procediendo en forma irregular en el desagote, transporte y destino final de sus líquidos contaminantes.
La otra planta de tratamiento es “Estrella del Sur”, de Felipe Nery Bobadilla, que está en Angostura, Villeta, camino a Alberdi. Tiene permiso de la Seam para recibir solo efluentes cloacales y no industriales, según la licencia ambiental. Pese a ello, este sitio recibiría efluentes industriales y peligrosos, como los de hospitales y centros del Ministerio de Salud.
En la Seam explicaron que los dueños de los desechos cloacales e industriales son responsables y pasibles de sanciones administrativas de la Seam y de la Fiscalía, por la disposición final de sus cargas.
La Seam iniciará un control de los establecimientos para determinar el destino final de las cargas y asegurar que no se están contaminando los cursos de agua.
Una de las medidas a adoptarse es la exigencia de las plantas de tratamiento de otorgar un documento que certifique que las cargas van a las plantas habilitadas legalmente. Las industrias que no cuenten con un documento del destino final de sus desechos líquidos serán pasibles de sanciones.
En cierto modo, el certificado servirá a las industrias para demostrar una producción verde.