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Todos: Ven, Espíritu Santo. Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado. Y renovarás la faz de la tierra. ¡Oh Dios!, que iluminaste los corazones de los fieles con las luces del Espíritu Santo, haz que, guiados por este mismo Espíritu, saboreemos las dulzuras del bien y gocemos siempre de tus divinos consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Animador: Llenos de fe, invoquemos junto al Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó.
Todos: Padre Nuestro...
Animador: Cantemos Navidad de flor de coco.
Lectura bíblica: Lc 1, 59-66
El nacimiento de un niño en toda familia es motivo de gozo. Es el anuncio de que algo nuevo está por suceder. Y papá y mamá se preguntan como los vecinos de Zacarías de Isabel: Qué sucederá con este niño. Y sobre toda criatura está la mano de Dios. Apenas ha nacido una criatura, la madre se olvida de los padecimientos sufridos, porque siente que ha dado una nueva vida al mundo. Es la vida que encierra un misterio. El niño es el espejo en el que podemos mirar la imagen de Dios que se manifiesta en la bondad, en la inocencia, en la sencillez, en la pureza. Un niño nos ha nacido; un hijo se nos ha dado. En él reside la maravilla de Dios. La misma naturaleza se paraliza ante un inocente niño, ya que reposa sobre él el espíritu del Señor (Is 11, 2). Es manifestación del poder del Señor.
Antes del Nacimiento de Jesús, ya se realizaron prodigios extraordinarios. José y María trabajaban y se preocupaban por él. Intentaron prepararle un lugar adecuado para su nacimiento, pero en vano. Más tarde, cuando la vida del Niño Jesús corría peligro, José y María no dudaron en emprender un largo viaje para liberarles de las manos de Herodes. Cuando se extravió en Jerusalén, lo buscaron durante tres días hasta encontrarlo. Y bajó con ellos a Nazareth y les estaba sujeto en todo.
Es que el niño es el tesoro más valioso de la familia humana, pero al mismo tiempo, el más frágil y vulnerable. Por tanto, es preciso prestarle una atención constante, escuchando todas sus exigencias y aspiraciones legítimas. Nadie puede callar o permanecer indiferente cuando niños inocentes sufren o son marginados y heridos en su dignidad de personas humanas. El inmenso grito de dolor de la infancia abandonada y violada en muchas partes, indican que hay que tomar conciencia del deber que todos tenemos de proteger, defender y educar con respeto y amor a esta frágil criatura.
En cada niño se esconde un proyecto de Dios para el mundo, proyecto que hay que ir descubriéndolo a medida que va avanzando en edad, en conocimiento y en gracia delante de Dios y de los hombres. Abandonar una tierna criatura y dejarla a merced de gente extraña, es someterla a la voracidad de lobos que atentan contra la vida del niño. Entonces los padres ya no son pastores de su criatura, sino destructores de una vida inocente que trajeron al mundo.
Si la Navidad es la fiesta de los niños, es ante todo la fiesta de la vida que se nos manifiesta en el Hijo de Dios, hecho niño débil y frágil que nos pide a todos mayores atenciones a fin de salvar tantas vidas inocentes que se pierden en todas partes.
Vamos a compartir
¿Qué nos dicen las imágenes de la prensa y de la TV que nos muestran niños abandonados, robados apenas nacidos o víctimas de la brutalidad humana?
¿Qué queremos hacer ante tantas violaciones de niños inocentes que sufren a causa de la crueldad de gentes entontecidas por el dinero?
¿Cómo tratamos a nuestros niños dentro de nuestra familia?
¿Qué significa para nuestra familia tener un niño?
Bendición de los padres a sus hijos
1) En este momento los padres impondrán las manos sobre los niños, repitiendo esta oración:
Queridos niños y niñas, hoy pedimos las gracias y bendiciones de Dios sobre ustedes. Jesús tanto amó a los niños y niñas. Que el Niño Dios derrame su amor redentor sobre cada uno. Que les proteja de todos los males. Que el amor y la amistad entre ustedes sean una realidad según el Espíritu Santo de Dios. Que esta Navidad nos encuentre a todos unidos en la familia, unidos entre vecinos, unidos en el perdón y en la fraternidad. Que Dios les bendiga: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (Los adultos se abrazan y felicitan a los niños presentes. Luego, comienza el pesebre viviente de los niños).
2) Presentación infantil del pesebre viviente
Los niños hacen el pesebre viviente según estos cuadros. Que los animadores jóvenes les ayuden.
Primer cuadro: El anuncio a María (Lc 1, 26-38).
Segundo cuadro: María visita a su prima Isabel (Lc 1, 39-56).
Tercer cuadro: El pesebre de Belén, Jesús nace (Lc 2, 1-21).
Animador: Llenos de fe, invoquemos junto al Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó.
Todos: Padre Nuestro...
Animador: Cantemos Navidad de flor de coco.
Lectura bíblica: Lc 1, 59-66
El nacimiento de un niño en toda familia es motivo de gozo. Es el anuncio de que algo nuevo está por suceder. Y papá y mamá se preguntan como los vecinos de Zacarías de Isabel: Qué sucederá con este niño. Y sobre toda criatura está la mano de Dios. Apenas ha nacido una criatura, la madre se olvida de los padecimientos sufridos, porque siente que ha dado una nueva vida al mundo. Es la vida que encierra un misterio. El niño es el espejo en el que podemos mirar la imagen de Dios que se manifiesta en la bondad, en la inocencia, en la sencillez, en la pureza. Un niño nos ha nacido; un hijo se nos ha dado. En él reside la maravilla de Dios. La misma naturaleza se paraliza ante un inocente niño, ya que reposa sobre él el espíritu del Señor (Is 11, 2). Es manifestación del poder del Señor.
Antes del Nacimiento de Jesús, ya se realizaron prodigios extraordinarios. José y María trabajaban y se preocupaban por él. Intentaron prepararle un lugar adecuado para su nacimiento, pero en vano. Más tarde, cuando la vida del Niño Jesús corría peligro, José y María no dudaron en emprender un largo viaje para liberarles de las manos de Herodes. Cuando se extravió en Jerusalén, lo buscaron durante tres días hasta encontrarlo. Y bajó con ellos a Nazareth y les estaba sujeto en todo.
Es que el niño es el tesoro más valioso de la familia humana, pero al mismo tiempo, el más frágil y vulnerable. Por tanto, es preciso prestarle una atención constante, escuchando todas sus exigencias y aspiraciones legítimas. Nadie puede callar o permanecer indiferente cuando niños inocentes sufren o son marginados y heridos en su dignidad de personas humanas. El inmenso grito de dolor de la infancia abandonada y violada en muchas partes, indican que hay que tomar conciencia del deber que todos tenemos de proteger, defender y educar con respeto y amor a esta frágil criatura.
En cada niño se esconde un proyecto de Dios para el mundo, proyecto que hay que ir descubriéndolo a medida que va avanzando en edad, en conocimiento y en gracia delante de Dios y de los hombres. Abandonar una tierna criatura y dejarla a merced de gente extraña, es someterla a la voracidad de lobos que atentan contra la vida del niño. Entonces los padres ya no son pastores de su criatura, sino destructores de una vida inocente que trajeron al mundo.
Si la Navidad es la fiesta de los niños, es ante todo la fiesta de la vida que se nos manifiesta en el Hijo de Dios, hecho niño débil y frágil que nos pide a todos mayores atenciones a fin de salvar tantas vidas inocentes que se pierden en todas partes.
Vamos a compartir
¿Qué nos dicen las imágenes de la prensa y de la TV que nos muestran niños abandonados, robados apenas nacidos o víctimas de la brutalidad humana?
¿Qué queremos hacer ante tantas violaciones de niños inocentes que sufren a causa de la crueldad de gentes entontecidas por el dinero?
¿Cómo tratamos a nuestros niños dentro de nuestra familia?
¿Qué significa para nuestra familia tener un niño?
Bendición de los padres a sus hijos
1) En este momento los padres impondrán las manos sobre los niños, repitiendo esta oración:
Queridos niños y niñas, hoy pedimos las gracias y bendiciones de Dios sobre ustedes. Jesús tanto amó a los niños y niñas. Que el Niño Dios derrame su amor redentor sobre cada uno. Que les proteja de todos los males. Que el amor y la amistad entre ustedes sean una realidad según el Espíritu Santo de Dios. Que esta Navidad nos encuentre a todos unidos en la familia, unidos entre vecinos, unidos en el perdón y en la fraternidad. Que Dios les bendiga: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (Los adultos se abrazan y felicitan a los niños presentes. Luego, comienza el pesebre viviente de los niños).
2) Presentación infantil del pesebre viviente
Los niños hacen el pesebre viviente según estos cuadros. Que los animadores jóvenes les ayuden.
Primer cuadro: El anuncio a María (Lc 1, 26-38).
Segundo cuadro: María visita a su prima Isabel (Lc 1, 39-56).
Tercer cuadro: El pesebre de Belén, Jesús nace (Lc 2, 1-21).