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“El reciente caso de Mainumby, la niña de diez años abusada sexualmente, embarazada y obligada a llevar a término la gestación, conmocionó al Paraguay y al mundo, por el riesgo que esto implicaba para la vida de la niña y porque no se tuvo en cuenta su derecho de decidir frente a un embarazo forzado”, afirma un comunicado de la Campaña 28 de Setiembre por la Despenalización del Aborto suscrito por 32 organizaciones de mujeres. En un acto organizado por el Centro de Documentación y Estudios (CDE) en la Plaza O’Leary de Asunción, una veintena de mujeres de organizaciones indígenas y campesinas se encontraron para difundir el pronunciamiento.
“El caso de esta niña, que hoy ya es madre, mostró una situación recurrente en nuestro país: la de cientos de niñas y adolescentes abusadas y con embarazos forzados que llegan a término, convertidas a destiempo en niñas-madre. En Paraguay se estima que un 20% de los embarazos son de adolescentes y, además, ostenta los peores indicadores de mortalidad materna de la región, siendo un 15,16% de estas muertes de niñas y adolescentes”, explica el documento.
Daniela Benítez, mujer nivaclé del pueblo indígena Nivaclé, miembro de Mujeres Indígenas del Paraguay, explicó que si bien el aborto no forma parte de la cultura ancestral, ella solicita la despenalización porque hoy muchas mujeres indígenas que sufren abortos naturales y no provocados son frecuentemente víctimas de malos tratos en las instituciones de salud. “El aborto es un tema que pareciera ser que viene de otro vivir; sin embargo, hemos hecho algunas conversaciones con otras organizaciones indígenas de qué ellos ven sobre el tema, cuál es la necesidad.
“Muchas de las compañeras han tenido un aborto no provocado, sino espontáneo, que se dan en ciertas situaciones. Muchas de ellas han sido maltratadas en algunos hospitales regionales del Chaco por el problema que tienen, por la pérdida de un feto. Otros creen que modificando la ley y lograr la despenalización, podría incentivar a las mujeres a que sigan haciendo esto como un juego. Creemos que perseguir a las mujeres por una situación de aborto es absurdo”, señala Benítez.
Concepción Meza es miembro de la Federación de Mujeres del Paraguay y viene de San Pedro. “El aborto, por más que se quiera negar, en el campo hay muchas personas que lo hacen en forma muy precaria poniendo en riesgo su familia y muchas veces hasta cuesta la vida de la mujer”, explica.