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Naturaleza pura. Yendo hacia Itá Enramada, en Paseo del Yacht y Lapacho Amarillo, nos encontramos con un lugar imperdible. Se trata del Parque Ecológico Itá Enramada, un predio público destinado a parque, donde la vegetación florece sin complejos, con una playa que da a uno de los brazos del río Paraguay. Usted puede visitar el parque todos los días de la semana, incluyendo feriados, desde las 7:00 hasta las 19:00. En frente se encuentra una hermosa isla, a la cual se puede acceder cruzando con canoas o balsas, y donde hay nada menos que plantaciones de ka’a he’ê.
Este parque se encuentra a cargo de la Fundación Itá Enramada, presidida por Rubén Figueredo. El, con su familia, conformada por su esposa Marilda Bernal de Figueredo, y sus hijos Yesika Romina, Claudia Paola, Mario Rubén y John Alexander se encuentran abocados al cuidado de este paraíso que está ubicado a unos 15 minutos del centro de Asunción. Cuentan con el apoyo invaluable de Irving Cisternas, chileno, naturólogo, especialista en medicina alternativa, más otros integrantes de la fundación.
Hay numerosas atracciones relativas a la naturaleza, como los árboles y arbustos, que prestan su atractiva sombra: sauces, yakaré pito, mataojo, lapachos, mburucuyá, esponja, níspero, caña de azúcar, mamones y más. Y aunque el lugar se inunda por completo durante la crecida del río, luego todo vuelve a empezar, y la naturaleza reverdece, como siempre.
Quienes se animen a ingresar al agua, que sabemos está contaminada, estarán seguros en el sentido de que hay cuidadores y zonas marcadas para que no sucedan accidentes.
La familia podrá llevar sus víveres, lo necesario para hacer un rico asado, y no tendrán problemas, pues hay parrillas especialmente construidas en este lugar donde la música es el sonido de las aves, las cigarras y el murmullo de las hojas con el viento.
Este parque se encuentra a cargo de la Fundación Itá Enramada, presidida por Rubén Figueredo. El, con su familia, conformada por su esposa Marilda Bernal de Figueredo, y sus hijos Yesika Romina, Claudia Paola, Mario Rubén y John Alexander se encuentran abocados al cuidado de este paraíso que está ubicado a unos 15 minutos del centro de Asunción. Cuentan con el apoyo invaluable de Irving Cisternas, chileno, naturólogo, especialista en medicina alternativa, más otros integrantes de la fundación.
Hay numerosas atracciones relativas a la naturaleza, como los árboles y arbustos, que prestan su atractiva sombra: sauces, yakaré pito, mataojo, lapachos, mburucuyá, esponja, níspero, caña de azúcar, mamones y más. Y aunque el lugar se inunda por completo durante la crecida del río, luego todo vuelve a empezar, y la naturaleza reverdece, como siempre.
Quienes se animen a ingresar al agua, que sabemos está contaminada, estarán seguros en el sentido de que hay cuidadores y zonas marcadas para que no sucedan accidentes.
La familia podrá llevar sus víveres, lo necesario para hacer un rico asado, y no tendrán problemas, pues hay parrillas especialmente construidas en este lugar donde la música es el sonido de las aves, las cigarras y el murmullo de las hojas con el viento.