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El Ministerio de la Mujer, con el apoyo de la Cooperación Alemana implementada por GIZ, a través de su Programa Regional ComVoMujer, presentó ayer en el salón de actos de la Vicepresidencia de la República, con el Comité Consultivo integrado por instituciones del sector, público, privado, de la academia, entidades de la cooperación internacional y expertas en temas de economía y género, los avances del Estudio de Costo País de la Violencia contra las Mujeres. Según revela el estudio realizado por el doctor Arístides Vara Horna, investigador, una mujer paraguaya gasta de su dinero entre 24 y 200 dólares al año por la violencia que sufre en sus hogares. En un año se tiene un promedio de 40,5 millones de dólares que se gastaron, lo que equivale a unos 220.000 millones de guaraníes, en donde entran unas 107.000 mujeres.
El Estudio de Costo País de la Violencia contra las Mujeres tiene 3 componentes principales: costos-inversiones gubernamentales, costos para el sector privado y costos para el hogar, señaló la ministra de la Mujer, Ana María Baiardi, al presentar los primeros resultados del componente “costos para el hogar”. Durante el 2016, 20 de cada 100 mujeres paraguayas han sido atacadas por sus parejas o exparejas, en promedio 18 veces, con una intensidad muy grave, reveló el doctor Arístides Vara Horna.
La ministra Baiardi indicó otros resultados: 6 de cada 10 mujeres agredidas han tenido algún daño físico o emocional, pero solo 2 han acudido a hospitales, centros de salud o consultorios privados para atenderse. El estudio estima que las mujeres agredidas por sus parejas pierden al año 132.000 días productivos en total, cerca de un sueldo mínimo cada una. A estos días hay que sumar el ausentismo escolar de hijos, por presenciar la violencia que sufren sus madres. Al menos 45.000 niños han perdido un total de 208.000 días de escuela en el año 2016 debido a la violencia por parte de sus padres. “Como se puede ver en estos resultados, la violencia contra las mujeres tiene un enorme impacto en la economía familiar, por los gastos asumidos y los días perdidos debido al daño físico y emocional. Sin embargo, estas pérdidas se van sumando a otras dimensiones de la violencia contra las mujeres. No solo se pierde dinero; el tiempo no remunerado que las mujeres dedican a sus familias y a su propio cuidado y desarrollo se ve disminuido”, indicó Baiardi.