Monseñor Rolón: héroe civil a quien el Paraguay también debe su democracia

Hace 100 años, un día como hoy, nacía en Caazapá el noble, capaz y gran pastor de la Iglesia en Paraguay, Mons. Blas Ismael Rolón Silvero. Durante la dictadura (1954-1889), siendo obispo de Caacupé y luego arzobispo de Asunción, fue defensor de la fe, de la libertad de expresión y de los derechos humanos. Denunció con autoridad los atropellos y asesinatos que cometía el criminal régimen de Alfredo Stroessner. En vísperas del 25º aniversario del advenimiento de la democracia, y para que la nueva generación conozca la valentía de este héroe civil, compartimos con nuestros lectores algunas de sus valientes decisiones. El religioso falleció el 8 de junio de 2010.

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Suspende procesión

A raíz de la expulsión de sacerdotes, represión y asesinato de campesinos y de estudiantes que rechazaban la visita del norteamericano Nelson Rockefeller, el 9 de noviembre de 1969, el obispo de Caacupé Ismael Rolón comunicaba a los fieles la suspensión de la procesión del 8 y 15 de diciembre, a la que acostumbraban asistir el presidente Stroessner y sus ministros. Fue el primer encontronazo del pastor con el dictador. Poco después fue promovido como arzobispo de Asunción.

Consejo de Estado

Rolón asumió como arzobispo de Asunción el 19 de julio de 1970. El 6 de febrero de 1971 rompía relaciones con el régimen dictatorial. “Frente a la situación de crecientes abusos y patentes violaciones de los derechos humanos más elementales... No es justo ni razonable que mi presencia en el Consejo de Estado, en estas circunstancias, pueda ser interpretada por el pueblo, y sobre todo por los fieles, como la aprobación del actual estado de cosas, o como la dependencia de la acción de la Iglesia de los poderes civiles...”, expresaba.

Tratado de Itaipú

Ante publicaciones periodísticas sobre el Tratado de Itaipú, el arzobispo de Asunción, junto con su presbiterio, apeló a la conciencia lúcida y honrada de quienes en nombre del pueblo deben dar la aprobación a un tratado grávido de consecuencia. “Ni intereses privados ni intereses partidarios han de prevalecer en esta hora nacional”. (2 de junio de 1973).

Los hechos de Jejuí

La salvaje represión de campesinos y sacerdotes en Jejuí y San Estanislao mereció otra contundente postura de Rolón: “Condenamos la violencia desatada por las autoridades; las detenciones masivas de sacerdotes y campesinos, la incomunicación del padre Braulio Maciel, que se encuentra herido y bajo custodia policial, y de los que aún se encuentran detenidos en Asunción y en los montes”. (18 de febrero de 1975).

Lucha de clases

En la celebración del Te Deum del 15 de mayo de 1975, monseñor Rolón rechazaba la lucha de clases. Decía: “En su accionar evangélico, la Iglesia no puede ni debe amparar la violencia; no admite ni como acción ni como situación. El comunismo, con su lucha de clases, su dictadura del proletariado y su pretensión de ideología científica poseedora exclusiva de la verdad, no es aceptada por la Iglesia, porque sus principios y su práctica concreta son contrarios a los valores humanos que ella cultiva y defiende en la comunidad de hombres”.

Hombres nuevos

A la caída de la dictadura (2/3 de febrero de 1989), monseñor Rolón reclamó hombres nuevos para el Paraguay. Clasifica en tres categorías al paraguayo:

1. Hombres nuevos: no son santos, pero procuran ser honestos consigo mismos, con los demás y con Dios. Sus ideales, criterios y palabras se adecuan a la realidad y a la verdad. No recurren a la mentira o la violencia para acumular riquezas, ni se hacen cómplices, por ambición o cobardía, en fraudes en perjuicio del pueblo.

2. Hombres viejos: son aquellos adormecidos en la mediocridad...

2.1. Remendados: se acomodan a las circunstancias de tiempo, lugar y personas para salvaguardar sus intereses. Son peligrosos...

2.2. Escombros: son aquellos en quienes nada de decencia, de credibilidad y de honor ha quedado en su haber de persona y ciudadano.

3. Recuperables: sí. Con la gracia de Dios (11 de abril de 1989).

Bienes malhabidos

A la caída de la dictadura, la justicia embargó bienes por más de G. 300.000 millones a cuatro personeros del régimen. Rolón decía: “El pueblo quiere saber si esos millones, con sus intereses, serán recuperados; el pueblo quiere saber, en justicia, de quiénes y para quiénes son. El pueblo cree que son para el pueblo, porque son del pueblo y en nombre del pueblo llegaron al país”. (24 de mayo de 1989)

Los excombatientes

Rolón fue un gran defensor de los excombatientes. “Dicen que son unos 30.000 excombatientes sobrevivientes. Muchos están internados en instituciones del Estado, bajo un duro régimen militar; los que todavía pueden moverse se quedan en sus ranchos a trabajar, otros prefieren la libertad al encierro, y salen a buscar conchabo en las ciudades, cuidando casas o autos ajenos, como en otro tiempo, hace más de 50 años, vigilaban nuestras fronteras, defendiendo la dignidad y la integridad de la patria. Para muchos de ellos, asilados o libres, la Guerra del Chaco no ha terminado....” (29 de marzo de 1989)

Cátedra de política

Ante las primeras elecciones democráticas luego de la dictadura, dijo: “Las autoridades que surjan de libres elecciones son autoridades nacionales, aunque propuestas por un partido triunfador. Aquellas no son servidoras de este; ni el partido es amo del gobierno ni puede atribuirse la potestad de manejarlo a su provecho”. (7 de marzo de 1989)

Juventud, el ko’êmbota

Rolón tenía una estima muy especial hacia los jóvenes. Decía de ellos: “Suelo comparar la juventud con el amanecer, con el ko’êmbota; aún no es el pleno día, pero ya lo anuncia: día feliz, día opaco o día infeliz”´. (9 de junio de 1989)

Enfrentó a Schreiber

Otra anécdota de Rolón se refiere a cuando enfrentó al temible comisario Carlos F. Schreiber. El jefe policial comandó una terrible represión al término de una “marcha del silencio”. Entonces bajó de la explanada de la Catedral con todos sus ornamentos y encaró al policía que lucía una cruz pectoral de oro y calzaba botas: “¿Usted es el responsable de esta represión? ¿No tiene vergüenza?”. Schreiber reaccionó y retiró a sus policías.

Lovera y Casabianca

En los últimos tiempos de la dictadura, Rolón ofició en la Catedral Metropolitana una misa por la libertad de expresión. El templo estaba rodeado de policías, y cuando terminó la celebración, le llamó la atención la presencia de dos personas sentadas en el banco. Eran Waldino Ramón Lovera y Miguel Ángel González Casabianca, quienes no podían retirarse porque iban a ser aprehendidos por los policías, que ya estaban dentro de la catedral. Rolón se les acercó y, luego de una soberana reprimenda, logró que salieran del interior, pero seguían en las puertas. Entonces llamó a Lovera y González Casabianca para que se quedaran en la sacristía. Horas después logró la promesa de Montanaro de que no iban a ser detenidos, y se retiraron con sus respectivas escoltas policiales.

Desde mi oasis

Una vez conocida la aceptación de su renuncia, Mons. Rolón afirmó: “No dejaré de opinar, como ciudadano cristiano y como obispo, y cuando el caso lo exija, tampoco dejaré de denunciar con claridad y franqueza”. Inició así la serie “Desde mi oasis”.

BIOGRAFÍA

Ismael Rolón Silvero nació en Caazapá el 24 de enero de 1914. Sus padres fueron Ramón Rolón y Micaela Silvero. El 23 de noviembre de 1941 recibió la ordenación sacerdotal de manos de Mons. Fermín Lafitte, arzobispo de Córdoba.

El 2 de agosto de 1960 fue nombrado prelado ñullius de Caacupé por bula del papa Juan XXIII, y tomó posesión del oficio el 7 de octubre del mismo año. Por bula del 20 de octubre de 1965, el papa Pablo VI lo nombra obispo titular de Forno Mayor y es consagrado el 23 de enero de 1966 en el santuario nacional de la Virgen de Caacupé.

El 16 de junio de 1970 fue promovido como arzobispo de Asunción. Tomó posesión el 19 de julio de 1970. Pasó a ser obispo emérito en julio de 1989. Falleció el 8 de junio de 2010.

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