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Muy emocionada la hermana Regina Sian agradeció la concreción del hogar “Nuestra Señora de Guadalupe”, que ahora es oficialmente la casa de las pequeñas hermanas misioneras de la caridad de Don Orione.
Su logro fue posible gracias al amplio apoyo de personas solidarias.
Resaltó la hermana Regina que “la congregación aceptó trabajar en este campo de las adicciones, con mucha satisfacción del arzobispo Edmundo Valenzuela”.
La inauguración contó con la especial participación de la madre general María Mabel Spagnuolo, quien realiza la visita canónica en Latinoamérica.
“Coincidió con esta inauguración y aproveché para participar. Conozco a la hermana Regina Sian desde que tengo ocho años. Ahora tengo 54 (risas). El que las hermanas en Paraguay cuenten desde ahora con su hogar propio me parece que es un signo muy grande de la Providencia. La hermana Regina siempre tuvo ese deseo en el corazón, forma parte de su carisma personal muy fuerte. Siempre su deseo fue tener colaboradoras, seguidoras, para que su actividad logre una continuidad. Por eso digo que para mí es un signo grande de la Providencia, pues se dará una consistencia, continuidad, al existir una comunidad que la sostiene”.
Resaltó, igualmente, la madre general Spagnuolo que “la constitución canónica de esta comunidad tiene la misión de poder dar una respuesta evangelizadora a lo relacionado con las adicciones. Es muy carismático, porque hablamos acerca de qué pobres, de aquellas personas desatendidas en relación al alcoholismo, la drogadicción, y otras enfermedades”.
Ofició una ceremonia religiosa el arzobispo Edmundo Valenzuela, y Alda Cardozo fue maestra de ceremonias. Los invitados realizaron un recorrido por el amplio, nuevo y cómodo hogar, y disfrutaron de un agradable brindis.