Mejillón dorado: intruso indeseado en agua dulce

El mejillón dorado (limnoperna fortunei) es una especie de caracolillos de unos 4 centímetros de largo que está invadiendo y se está multiplicando a gran velocidad en las aguas de la cuenca del Plata, entre ellas las de los ríos Paraguay, Paraná y el lago Ypacaraí.

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Aunque aparenta inofensivo, su multiplicación puede cambiar el ecosistema acuático y afectar toda cañería conectada a las aguas.

Este mejillón dorado fue descubierto por primera vez en el río de la Plata hacia 1991. Es originario del sudeste del Asia e introducido accidentalmente en esta región por embarcaciones marinas.

En 1998 fue descubierto en la zona del Pantanal. Un año después, con la gran bajante del río Paraguay, aparecen estos moluscos en las playas de Asunción, cubriendo todo cuerpo que estaba bajo agua. También los pilares del muelle de puertos quedaron al aire libre, pero forrados de estos caracolillos.

Por ese mismo año 1998 aparecen como intrusos en el sistema de refrigeración y en las unidades generadoras de la hidroeléctrica de Yacyretá. Subieron por el Paraná hasta la hidroeléctrica Itaipú, y así siguen avanzando.

También se instalaron y se están multiplicando en las profundidades y playas del lago Ypacaraí, ingresando por el río Salado, que conecta el lago con el río Paraguay.


EFECTOS ADVERSOS

Aunque de nombre lindo -como lo dijo el director general paraguayo de Itaipú, Ing. Jorge Ayala Kunzle- estos mejillones dorados forman colonias capaces de producir impactos económicos como la obstrucción de tuberías de captación de agua, la obstrucción de filtros y sistemas de enfriamiento industriales y usinas hidroeléctricas, la obstrucción de sistemas de drenaje de aguas de lluvias y efluentes cloacales, pueden causar daños en motores de embarcaciones, etc.

También se le atribuyen algunos cambios de los ecosistemas acuáticos, como la fijación y cobertura (asfixia) de plantas y troncos acuáticos, cobertura de otros moluscos, modifica la alimentación de los peces (es casi el 100% alimento de las bogas, armado, carimbatá, etc), etc.


¿DESTRUIR O CONVIVIR?

Los expertos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, reunidos el viernes último en el lado paraguayo de Itaipú, tienen una visión en común: este molusco es un riesgo, un peligro que exige estar alerta.

Donde no hubo coincidencia es sobre qué hacer al respecto. Se plantea la búsqueda de mecanismos de control, eliminación o, simplemente, convivir con la presencia del mejillón. No se descarta su uso industrializado para abono o balanceado de alimentos para peces y otros animales.

Entre los participantes de este encuentro técnico hubo acuerdo de ir desarrollando las investigaciones e intercambiar los estudios para lograr los resultados que mejor convenga a la región.

El compromiso está hecho y se acordó llevar los resultados de los estudios para su consideración al Foro Internacional de las Aguas, que se hará del 8 al 11 de octubre de este año, en Porto Alegre, Brasil.

Por de pronto solo resta contar con los peces como depredadores naturales, además de redoblar los trabajos de limpieza y mantenimiento de los equipos conectados al agua para evitar la formación de colonias de este indeseado intruso.
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