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Cuando llegaron a Cuba en 1997 los estudiantes paraguayos -becados para la carrera de medicina- no terminaron de acostumbrarse al arroz y los frijoles. ‘‘Muchos hasta pasaron hambre. Mi hijo, por ejemplo, volvió al primer año con 19 kilos menos. Parecía un espectro y todos sus compañeros estaban igual’’, recuerda la señora Esmeria Roca de Osorio, coordinadora de la Asociación de Padres de los estudiantes.
Haciendo gala del ingenio paraguayito escogieron los ingredientes de la isla y enseñaron a prepararlos como ellos estaban acostumbrados. ‘‘Pidieron a los cubanos que no cocinaran demasiado la yuca (mandioca) y que la preparan frita con huevos. Así impusieron el mandi’o chyryry que ya pasó al menú de Cienfuegos como mandi’ochy’’, explica.
Como tampoco asimilaban el desayuno cubano y debido al hambre que los apremiaba a media mañana, les enseñaron a los lugareños a preparar la tortilla. ‘‘En todos los puestos de los alrededores de la facultad ahora también hay tortilla’’, relata la madre de Carlos Osmar Osorio Roca.
Otro aporte de los estudiantes paraguayos a la dieta isleña ha sido el tereré. ‘‘La yerba es el pedido obligado de nuestros hijos. Cuando estuve en enero les he llevado en gran cantidad porque también querían para sus amigos cubanos que lo adoptaron’’, agrega Mery de Osorio.
Tras seis años los médicos paraguayos ya están adaptados a la vida isleña. No obstante, el cambio que ha experimentado la situación con los supermercados que aparecieron por todas partes, ya impusieron sus platos tradicionales y los dejarán de legado.
‘‘La primera vez que fui a visitarlos hace cinco años sabíamos de sus penas. Les llevé 150 kilos de pan dulce, yerba, sopa, chipa guasu y hasta pollo asado. Tuvimos que aportar todos los padres para pagar el exceso de equipaje’’, recuerda.
La abundante ración llegó sin dificultades, favorecida por el tiempo de vuelo de entonces, pues se salía de Asunción a las 4:00 de la tarde y se llegaba al día siguiente a las 6:00 de la mañana a La Habana para disfrutar del manjar.
VOLVERAN CON ESPOSAS Y CUBAGUAYOS
Cinco de los siete médicos que se casaron en Cuba volverán con sus hijos nacidos en la isla caribeña. Nos mostraron numerosas fotos. En una de las fotos aparecen los padres -todos paraguayos- con sus pequeños cubaguayos, como los bautizaron los abuelos. También aparecen las madres, tres de las cuales son cubanas y las otras dos paraguayas que formaron pareja con sus compañeros becados. Dos parejas todavía no han tenido hijos.
Estas fotografías serán incluidas en un álbum que será entregado al presidente cubano Fidel Castro, quien ha solicitado que los paraguayos escriban sus memorias y dejen un recuerdo de su estadía en la isla. La graduación de los paraguayos será el próximo 13 de agosto y la venida está prevista para el 31.
Haciendo gala del ingenio paraguayito escogieron los ingredientes de la isla y enseñaron a prepararlos como ellos estaban acostumbrados. ‘‘Pidieron a los cubanos que no cocinaran demasiado la yuca (mandioca) y que la preparan frita con huevos. Así impusieron el mandi’o chyryry que ya pasó al menú de Cienfuegos como mandi’ochy’’, explica.
Como tampoco asimilaban el desayuno cubano y debido al hambre que los apremiaba a media mañana, les enseñaron a los lugareños a preparar la tortilla. ‘‘En todos los puestos de los alrededores de la facultad ahora también hay tortilla’’, relata la madre de Carlos Osmar Osorio Roca.
Otro aporte de los estudiantes paraguayos a la dieta isleña ha sido el tereré. ‘‘La yerba es el pedido obligado de nuestros hijos. Cuando estuve en enero les he llevado en gran cantidad porque también querían para sus amigos cubanos que lo adoptaron’’, agrega Mery de Osorio.
Tras seis años los médicos paraguayos ya están adaptados a la vida isleña. No obstante, el cambio que ha experimentado la situación con los supermercados que aparecieron por todas partes, ya impusieron sus platos tradicionales y los dejarán de legado.
‘‘La primera vez que fui a visitarlos hace cinco años sabíamos de sus penas. Les llevé 150 kilos de pan dulce, yerba, sopa, chipa guasu y hasta pollo asado. Tuvimos que aportar todos los padres para pagar el exceso de equipaje’’, recuerda.
La abundante ración llegó sin dificultades, favorecida por el tiempo de vuelo de entonces, pues se salía de Asunción a las 4:00 de la tarde y se llegaba al día siguiente a las 6:00 de la mañana a La Habana para disfrutar del manjar.
VOLVERAN CON ESPOSAS Y CUBAGUAYOS
Cinco de los siete médicos que se casaron en Cuba volverán con sus hijos nacidos en la isla caribeña. Nos mostraron numerosas fotos. En una de las fotos aparecen los padres -todos paraguayos- con sus pequeños cubaguayos, como los bautizaron los abuelos. También aparecen las madres, tres de las cuales son cubanas y las otras dos paraguayas que formaron pareja con sus compañeros becados. Dos parejas todavía no han tenido hijos.
Estas fotografías serán incluidas en un álbum que será entregado al presidente cubano Fidel Castro, quien ha solicitado que los paraguayos escriban sus memorias y dejen un recuerdo de su estadía en la isla. La graduación de los paraguayos será el próximo 13 de agosto y la venida está prevista para el 31.