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Señalaron que desde hace varios años, la técnica es implementada en nuestro país y permitió varios avances en el área de la reproducción humana.El Dr. Acosta, ex presidente de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), indicó que el biólogo Edwards empezó en los años 60 a investigar sobre la recuperación de óvulos y la producción de embriones de conejo.
"Posteriormente, él se asocia con un ginecólogo que se llama Patrick Steptoe, quien le sugiere recuperar los óvulos de la mujer por vía laparoscópica. Posteriormente se juntan con los espermatozoides para producir la fecundación in vitro, pero sin éxito. Eran embarazos que no continuaban, abortos que se producían muy temprano, hasta que en el año 1978 se produjo el primer embarazo que llega a término con éxito, que es esta chica Louise Brown", explicó el galeno.
Acosta agregó que el resultado final del trabajo del Dr. Edwards es "la gran ayuda que se da a las parejas infértiles, pero por otro lado, se desarrolla todo un campo de estudio e investigación de lo que significa la maduración del óvulo, la respuesta del ovario y de los óvulos al estímulo hormonal".
El profesional relató que aproximadamente en el año 1998 comenzó a desarrollar la técnica en nuestro país, a través de la instalación de una clínica especializada en fecundación in vitro. Recordó que en ese momento contó con la colaboración de los doctores Juan Carlos Chaparro Abente y Gustavo Díaz Gill, en el área de laboratorio, y Marta Ascurra.
Era un grupo de jóvenes, que empezábamos con mucho optimismo y esperanza para ver qué podíamos hacer. "Teníamos el apoyo del Dr. Jean Luc Poulie, de la Universidad Clermont Ferrand, de Francia. Cuando eso no hacíamos la recuperación que hoy se hace por vía transvaginal. Le internábamos a la paciente, le hacíamos la laparoscopía, recuperábamos los óvulos, hacíamos la fertilización y luego hacíamos la transferencia", detalló.
Acosta indicó además que para fortalecer el trabajo en laboratorio, recurrieron a la ayuda de los profesionales argentinos Santiago Brugo Olmedo y Claudio Ruhlmann.
El primer resultado positivo de este trabajo llegó en el año 1992, con el primer embarazo y nacimiento de un niño fecundado mediante la técnica in vitro.
En esa época, un poco con el incentivo del Dr. Acosta, el Dr. Pedro Pablo Guanes acudió a España a especializarse en el área de reproducción humana y fertilización; tomando posteriormente la posta del trabajo iniciado en nuestro país en dicha especialidad.
"El hito lo marca el nacimiento de ese chico en el 92, y después se van haciendo técnicas nuevas, trayendo cosas nuevas. Conseguimos el primer embarazo con microinyección, el primer embarazo con embriones congelados", resaltó. En este sentido, explicó que la microinyección permite seleccionar un espermatozoide e inyectarlo en el óvulo para producir la fecundación.
Igualmente destacó el apoyo brindado por el Instituto Valenciano de Infertilidad, que permite a los profesionales paraguayos formarse adecuadamente en la especialidad y disponer de la tecnología del mismo sin costo alguno.
Razones compartidas
"Los profesionales explicaron que tanto en las mujeres como en los hombres pueden hallarse problemas que impiden a la pareja concebir un hijo de forma natural. Hoy van mujeres a fecundación in vitro porque tienen problemas de trompas, de endometriosis o de ovarios poliquísticos, o porque tienen problemas de malformaciones congénitas, o se han hecho 4 ó 5 inseminaciones y no quedan embarazadas", remarcó Guanes.
En cuanto a los varones, el profesional indicó que los problemas de infertilidad están relacionados a la cantidad, forma y la posición de los espermatozoides.
Estimó además que aproximadamente un 10% de la población paraguaya sufre de problemas de infertilidad.
Edad
En cuanto a la edad ideal en las mujeres para someterse a este tratamiento, el Dr. Guanes señaló que está entre los 25 y 35 años. "Antes de esto, las chicas ovulan en forma muy irregular y los óvulos tampoco suelen ser de muy buena calidad. Lo mismo acontece cuando sobrepasa los 38 a 40 años, la mujer se acerca a la menopausia y la calidad y la cantidad de sus óvulos se vienen en picada", expresó.
Añadió que en los hombres, sin embargo, no existen tantos límites de tiempo para la realización del procedimiento.
En cuanto al embarazo, ambos profesionales coincidieron en que se desarrolla igual que en aquellos casos en los que existió una fecundación natural y que pueden surgir las mismas complicaciones; sin embargo, indicaron que debido a la gran ansiedad de las parejas se opta por realizar controles más frecuentes en las pacientes cuyos bebés fueron fecundados in vitro.
Finalmente, los profesionales resaltaron el gran campo de investigación abierto a partir del desarrollo de la técnica que hoy permite además realizar fecundaciones con óvulos y espermatozoides congelados almacenados, por ejemplo, por pacientes jóvenes afectados por cáncer de testículo o de ovario.
"Posteriormente, él se asocia con un ginecólogo que se llama Patrick Steptoe, quien le sugiere recuperar los óvulos de la mujer por vía laparoscópica. Posteriormente se juntan con los espermatozoides para producir la fecundación in vitro, pero sin éxito. Eran embarazos que no continuaban, abortos que se producían muy temprano, hasta que en el año 1978 se produjo el primer embarazo que llega a término con éxito, que es esta chica Louise Brown", explicó el galeno.
Acosta agregó que el resultado final del trabajo del Dr. Edwards es "la gran ayuda que se da a las parejas infértiles, pero por otro lado, se desarrolla todo un campo de estudio e investigación de lo que significa la maduración del óvulo, la respuesta del ovario y de los óvulos al estímulo hormonal".
El profesional relató que aproximadamente en el año 1998 comenzó a desarrollar la técnica en nuestro país, a través de la instalación de una clínica especializada en fecundación in vitro. Recordó que en ese momento contó con la colaboración de los doctores Juan Carlos Chaparro Abente y Gustavo Díaz Gill, en el área de laboratorio, y Marta Ascurra.
Era un grupo de jóvenes, que empezábamos con mucho optimismo y esperanza para ver qué podíamos hacer. "Teníamos el apoyo del Dr. Jean Luc Poulie, de la Universidad Clermont Ferrand, de Francia. Cuando eso no hacíamos la recuperación que hoy se hace por vía transvaginal. Le internábamos a la paciente, le hacíamos la laparoscopía, recuperábamos los óvulos, hacíamos la fertilización y luego hacíamos la transferencia", detalló.
Acosta indicó además que para fortalecer el trabajo en laboratorio, recurrieron a la ayuda de los profesionales argentinos Santiago Brugo Olmedo y Claudio Ruhlmann.
El primer resultado positivo de este trabajo llegó en el año 1992, con el primer embarazo y nacimiento de un niño fecundado mediante la técnica in vitro.
En esa época, un poco con el incentivo del Dr. Acosta, el Dr. Pedro Pablo Guanes acudió a España a especializarse en el área de reproducción humana y fertilización; tomando posteriormente la posta del trabajo iniciado en nuestro país en dicha especialidad.
"El hito lo marca el nacimiento de ese chico en el 92, y después se van haciendo técnicas nuevas, trayendo cosas nuevas. Conseguimos el primer embarazo con microinyección, el primer embarazo con embriones congelados", resaltó. En este sentido, explicó que la microinyección permite seleccionar un espermatozoide e inyectarlo en el óvulo para producir la fecundación.
Igualmente destacó el apoyo brindado por el Instituto Valenciano de Infertilidad, que permite a los profesionales paraguayos formarse adecuadamente en la especialidad y disponer de la tecnología del mismo sin costo alguno.
Razones compartidas
"Los profesionales explicaron que tanto en las mujeres como en los hombres pueden hallarse problemas que impiden a la pareja concebir un hijo de forma natural. Hoy van mujeres a fecundación in vitro porque tienen problemas de trompas, de endometriosis o de ovarios poliquísticos, o porque tienen problemas de malformaciones congénitas, o se han hecho 4 ó 5 inseminaciones y no quedan embarazadas", remarcó Guanes.
En cuanto a los varones, el profesional indicó que los problemas de infertilidad están relacionados a la cantidad, forma y la posición de los espermatozoides.
Estimó además que aproximadamente un 10% de la población paraguaya sufre de problemas de infertilidad.
Edad
En cuanto a la edad ideal en las mujeres para someterse a este tratamiento, el Dr. Guanes señaló que está entre los 25 y 35 años. "Antes de esto, las chicas ovulan en forma muy irregular y los óvulos tampoco suelen ser de muy buena calidad. Lo mismo acontece cuando sobrepasa los 38 a 40 años, la mujer se acerca a la menopausia y la calidad y la cantidad de sus óvulos se vienen en picada", expresó.
Añadió que en los hombres, sin embargo, no existen tantos límites de tiempo para la realización del procedimiento.
En cuanto al embarazo, ambos profesionales coincidieron en que se desarrolla igual que en aquellos casos en los que existió una fecundación natural y que pueden surgir las mismas complicaciones; sin embargo, indicaron que debido a la gran ansiedad de las parejas se opta por realizar controles más frecuentes en las pacientes cuyos bebés fueron fecundados in vitro.
Finalmente, los profesionales resaltaron el gran campo de investigación abierto a partir del desarrollo de la técnica que hoy permite además realizar fecundaciones con óvulos y espermatozoides congelados almacenados, por ejemplo, por pacientes jóvenes afectados por cáncer de testículo o de ovario.