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Desde horas de la mañana la gente acudió en masa al principal centro de esparcimiento público de la capital para disfrutar del espléndido día soleado y de paso realizar actividades recreativas como caminatas, paseos en bicicleta y contemplar el paisaje.
No obstante, la habilitación de los dos carriles de la Costanera para el estacionamiento de los vehículos hizo que solo se tuviera una vía de circulación por cada sentido para el tránsito. Este problema comenzó a sentirse recién al caer la tarde, cuando las personas abordaron sus respectivos vehículos para retornar a sus hogares. La masiva salida de rodados generó extensas y desordenadas filas en ambos sentidos que afectó el tramo central de la Costanera.
Los agentes de la Policía Municipal de Tránsito, a cargo del inspector principal Andrés Noguera, tuvieron que trabajar arduamente para ordenar el tránsito, cuya tensión disminuía a medida que los vehículos se acercaban a los sectores de acceso.
La avenida Costanera supuestamente se construyó con el propósito principal de agilizar el caótico tránsito en la capital.