Cargando...
El Ministerio de Salud organizó ayer un emotivo acto por el Día Mundial del Prematuro y anunció varias actividades a desarrollarse en la semana. Resaltó que se pondrá énfasis en la atención centrada en las familias, bajo el eslogan: “Desde el inicio con mi familia”. El objetivo es destacar la importancia del acompañamiento familiar para la recuperación del neonato durante su hospitalización.
Es una estrategia que consiste en que el lugar de internación del pequeño paciente esté abierto para el ingreso libre de los padres, donde se puede incluir la presencia de los hermanitos del recién nacido. “Está demostrado que el contacto de la madre y el padre con el bebé prematuro contribuye a mejorar el neurodesarrollo, fomenta y estrecha el vínculo familiar y a su vez disminuye el estrés que provoca la internación prolongada”, explicó ayer la Dra. María Ligia Aguilar, responsable de la Dirección de Salud Integral de Niñez y Adolescencia del Ministerio de Salud.
La profesional explicó que la prematurez se puede dar por razones biológicas, ambientales y sociales. En el caso de las causas biológicas, se produce cuando el cuerpo por algún motivo expide antes de tiempo al bebé y es cuando se produce un aborto espontáneo. Las madres adolescentes son las que corren mayor riesgo, debido a su incompleto desarrollo.
La falta de cuidados y controles durante la gestación es otro factor detonante para la ocurrencia de partos prematuros, así como las infecciones del tipo urinario. Si la embarazada no se trata a tiempo puede poner en riesgo la vida de su bebé, dijo Aguilar. Los embarazos múltiples también figuran dentro de las causas asociadas a la prematuridad, dijo.
Testimonios
Durante el encuentro, algunas madres y padres de hijos prematuros recordaron su experiencia, así como jóvenes que nacieron antes de fecha. “Mi hija, María Paula, nació a las 28 semanas de gestación por cesárea. Pesaba 1.200 gramos. Era tan pequeña que cabía en la palma de mi mano”, recordó el Dr. Francisco Mena, tras recordar el nacimiento de su hija. Agregó que la bebé ingresó a terapia intermedia donde estuvo 20 días y era asistida con alimentación parenteral. Al cabo de ese tiempo fue dada de alta logrando un peso de 1.900 gramos.
La Lic. Elva Coronel también comentó su experiencia. Señaló que en 1993 su hija nació cuando iba por el sexto mes de embarazo. “Nació Fátima, a las 28 semanas de gestación, con un peso de 1 kilo y 120 gramos. Un miedo con mayúscula es lo que nos toca vivir al ver por primera vez a una niña tan frágil, de un color azulado y una piel finísima, haciendo el máximo esfuerzo para respirar”, recordó.