Cargando...
En el cuartel principal de la Policía Municipal de Tránsito, en el barrio Mbocayaty de Asunción, permanecen en desuso y acumulando basura unas 478 motocicletas que nunca se retiraron mientras que los restantes están repartidos en las seis bases de la PMT en distintos puntos de la ciudad.
Un equipo de ABC Color realizó un recorrido por la zona y tomó imágenes con un dron. En el patio que da hacia la calle Overáva permanece gran parte de las motocicletas en desuso y que nunca han sido reclamadas por sus dueños.
En lugar de ser rematados o desarmados, los vehículos son criaderos de todo tipo de alimañas, lo cual constituye un riesgo para la salud.
Como no existe un depósito donde la Comuna pueda dejar los vehículos incautados o los automóviles abandonados de la vía pública, los cuarteles de la PMT fueron convertidos en cementerios de chatarras.
“Hay también motos retenidas en el cuartel desde hace años”, dijo el director de la PMT, Óscar Gustavo Leguizamón. Explicó que se retiran en promedio 10 a 12 motos por día, pero que las 478 acumuladas siguen en el cuartel de la zona conocida como Campo Grande.
Dijo que están realizando las tratativas para conseguir un predio que sea de la Municipalidad para llevar allí los vehículos retenidos y los incautados de la vía pública en desuso. El destino sería la ciudad de Ñemby o la de Villa Hayes, dependiendo de la disponibilidad.
Es decir, la Comuna alquilará o comprará un terreno para depositar chatarras, trasladando el problema a otros lugares y, esta vez, generando una erogación económica solventada por la ciudadanía asuncena.
Al igual que los vehículos, en la Municipalidad de Asunción, duerme un proyecto que pretendía rematar los vehículos incautados.
A finales del mes de abril, el concejal Elvio Segovia (PDP) había solicitado a través de una minuta que los vehículos –que en ese entonces orillaban los 1.300– fueran rematados.
Hasta el momento, ni siquiera hay dictamen alguno sobre la minuta.
El director de la PMT recordó que el año pasado se hizo un plan para que los motociclistas cuyos biciclos eran incautados los pudieran recuperar enseguida.
“Se tenía que pagar tres jornales mínimos (unos G. 210.000 según el salario mínimo anterior) y asistir a una charla de educación vial y ahí acercarse al cuartel para recuperar sus motos”, explicó Leguizamón.
Finalmente, solo seis personas cumplieron con los requisitos.