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Los participantes llegaron al lugar en procesión acompañando la imagen de la Asunción. Ya en el ruedo, tanto jinetes como amazonas, demostraron su destreza y agilidad en el manejo del caballo, el amigo inseparable del hombre del campo. A un costado de este espacio se instalaron los puestos de venta de comidas típicas y el tradicional asado paraguayo. La gente se deleitó consumiendo la rica carne. La fiesta patronal del interior esta vez se trasladó en Asunción.