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Si uno va por la avenida Gral. Santos hacia Itá Enramada, a dos cuadras de la comisaría 14ª, a la izquierda, se encuentra la calle Rudy Torga, que hace poco fue asfaltada. La arteria luce impecable en medio de fastuosas residencias que se levantan a ambos lados.
Esta obra da otro aspecto al lugar. Sus esquinas están bien señalizadas, incluso con franjas para el paso peatonal, pero termina a tres cuadras de Gral. Santos, en el límite de Asunción con Lambaré.
Según vecinos, a partir de ahí comienza una calle empedrada en mal estado, que empeora a medida que se avanza. A ambos lados del empedrado, ya en territorio lambareño, se levantan modernos complejos habitacionales como ejemplo de la preferencia de la gente para fijar residencia en la zona.
Lo llamativo del caso, según las quejas, es el abandono al que somete la Municipalidad de Lambaré al barrio Valle Ybaté. Además del pésimo estado del empedrado, por esos lugares casi no se ven cuadrillas limpiando o arreglando calles.
Es preocupante la poca visión que existe en Lambaré para aprovechar y desarrollar los barrios. La calle Rudi Torga, asfaltada por la Municipalidad de Asunción, en su continuación empalma con las calles Palacio de López, Amistad y se une a la avenida Bruno Guggiari. Son aproximadamente ocho cuadras que servirían, si Lambaré completa el asfaltado, para unir dos avenidas importantes, como son Gral. Santos y Bruno Guggiari.
Las autoridades de la Municipalidad lambareña deberían entender que el progreso también debe llegar a los barrios no cercanos a la sede comunal. Además de ser cuidadosos y mantener la pulcritud en los accesos, porque por Valle Ybaté también se llega al centro por la avenida Bruno Guggiari, y esta arteria, antes de su intercesión con Pirizal, está desde hace meses lleno de baches, situación que al parecer tampoco molesta al intendente Roberto Cárdenas y a sus concejales.
El paseo central de esta doble avenida también está invadido de yuyos, dando un aspecto deprimente a una localidad que no inspira la creatividad de sus autoridades. Las pérdidas de agua, aunque no sea responsabilidad de la Comuna, sino de la Essap, contribuyen igualmente para dar una lamentable imagen. Esta es la realidad de uno de los barrios de Lambaré, donde para peor una red cloacal de Asunción desemboca en el arroyo Leandro Sosa, aunque las viviendas del lugar no están conectadas a la misma.