Lágrimas de amor claman por un hogar mejor para 43 niños

Podemos. Lograr que 43 niños, niñas y adolescentes del hogar Guadalupe no pierdan su futura nueva casa es una misión solidaria. Florentina Ramírez, directora de la fundación, no puede frenar las lágrimas, ante el vencimiento del plazo de pago. Abonó una seña de G. 50.034.000. Logró sumar G. 220.034.000, pero faltan G. 191.000.000. Quizá pueda lograrse un nuevo trato de abonar en más de una entrega.

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Los pequeños ya hicieron planes. 43 niños, niñas y adolescentes que forman una gran familia en el hogar Guadalupe sueñan con su futura nueva casa, que se encuentra sobre Nuestra Señora de la Asunción 933 y 2ª Proyectada.

Florentina Ramírez, directora de la fundación y hogar Guadalupe, llora. Siente impotencia ante el plazo de pago que vence a fines de este mes.

Teme que su obra de 20 años pueda venirse abajo; esa misión en la cual involucró a su esposo Fabio Vargas, y a sus hijos de 4, 8, 10 y 15 años.

Con mucho esfuerzo, logró abonar la seña de G. 50.034.000, para comprar el futuro nuevo hogar, propiedad de una institución bancaria. Gracias al apoyo de la ONG "Ningún niño sin hogar" consiguió G. 220.034.000, pero para completar el monto total, necesitan G. 191 millones más.

Golpeó varias puertas, llegó a presentar una nota a la embajada de China en Taiwán, aunque no pensó en consultar con la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia, la Secretaría de Acción Social, o la Secretaría Técnica de Planificación.

Se encuentra triste, pero aún esperanzada. No puede contener las lágrimas, y los chicos -que van hacia el comedor a la hora del almuerzo- se acercan, la besan, acarician y luego acuden a comer, al espacio que es destinado igualmente para dar las clases de preescolar. La llaman tía, con mucho afecto.

Ella tiene upa a una pequeña niña rubia de bucles, que se está recuperando de la caracha que cubría gran parte de su cuerpo. Su padre fue a prisión, y la madre la abandonó a su suerte.

Es sicóloga forense, pero en el hogar Guadalupe, Florentina es mamá. Con su sueldo como funcionaria judicial abona el alquiler de G. 800.000, y las cuentas de luz y agua, que alcanzan G. 380 mil y G. 500 mil respectivamente.

Tres profesores brindan clases de jardín y preescolar, mientras los demás chicos estudian en la escuela General Díaz y en el Colegio Acuña Díaz.

Niños desde el año de vida hasta los 16, abandonados por sus padres, abusados, golpeados, y antes carentes de todo amor, son acogidos en el hogar Guadalupe, donde viven incluso por varios años, pues o sus progenitores no quieren saber nada de cuidarlos, o no pueden hacerlo.



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