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La nueva situación del lago se debe a que las cianobacterias han disminuido como consecuencia de las bajas temperaturas de las últimas semanas, que no fueron superiores a los 20º C, explicó el funcionario.
Además, el sistema natural del lago hace que con las lluvias se depuren las aguas. Esta acción es la que ha mantenido “con vida” al lago. Las aguas de las costas de las ciudades de Ypacaraí, San Bernardino y Areguá incluso están aptas para usos recreativos.