Seam pretende reabrir cacería del teju, según ambientalistas

La Secretaría del Ambiente (Seam) pretende reabrir la cacería y matanza del teju guasu, alertaron directivos de la ONG ambientalista del Chaco “Paraguay Salvaje”.

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El sábado último, la ministra del Ambiente, María Cristina Morales, lideró una reunión sobre el tema en la Gobernación de Boquerón.

Tras la reunión que mantuvo la ministra Morales con líderes indígenas de Boquerón sobre el aprovechamiento de la vida silvestre, el sábado pasado, Thomas y Sabine Vinke, responsables de “Paraguay Salvaje”, coincidieron en afirmar que la Seam está decidida a reabrir la cacería del teju guasu para la próxima temporada.

Los Vinke explicaron que mantuvieron una breve conversación, al margen del encuentro, con el biólogo norteamericano Lee Fitzgerald, uno de los autores del antiguo estudio sobre el manejo nacional del teju guasu, y que sirvió a la Seam para liberar la cacería y matanza de 214.000 ejemplares de dicho animal silvestre.

Coincidieron en señalar que Fitzgerald les confirmó que la preocupación que tienen es fundada porque la Seam está con la intención de reabrir la cacería masiva del teju guasu.

“Los errores formales de las resoluciones 453/13 y 632/13 (que autorizaban la cacería, luego derogada por presión ciudadana) serán corregidos, y para eso Fitzgerald se encuentra en el país, para preparar el estudio de impacto ambiental que faltó y que exige la ley”, señaló Vinke.

Agregó que la Seam quiere superar la insuficiente aceptación que tiene la cacería del teju guasu en la población con el argumento de la lucha contra la pobreza. Pero justamente uno de los resultados de la reunión fue que solo hay algunas comunidades indígenas con interés en la cacería del teju y la venta de cuero silvestre.

“El único camino válido para nosotros es que estas comunidades hagan las solicitudes correspondientes y que con base en estudios de población reciban una licencia de un cupo limitado y no transferible, para la cacería en sus propias tierras. Todo lo demás conllevará una explotación de la población de esta especie, ya debilitada, bajo el manto de lucha contra la pobreza, que al final solo sirve para algunos pocos comerciantes y ONG”, dijo Thomas Vinke.

Durante la reunión del sábado último, algunos ayoreos susurraron que no comen carne de teju, pero que “la ministra quiere que la comamos”.

Otros líderes coincidieron en que la cacería es escasa y solamente se puede hacer durante un determinado tiempo del año, y que sus comunidades, que han crecido mucho en cuanto a población, hoy necesitan un ingreso fijo y permanente, como lo tienen los no indígenas con la ganadería.

Para que ello sea posible, necesitan cambios en la legislación, para que puedan hacer planes de uso de sus propiedades.

Se quejaron de que hoy ni pueden entrar en sus tierras.

Para la comercialización de pieles del teju guasu, Argentina tenía un cupo de 1 millón, en el año 1991. El cupo de nuestro país, ese mismo año, fue de 300.000 cueros. Sin embargo, a la fecha, en Argentina hay restricciones y no se cazan más estas especies por la sobreexplotación y el daño de la población.

Curiosamente, la Seam no toma estos hechos del vecino país como parámetro de la situación de los teju guasu en la región. Conforme con las denuncias de indígenas y ambientalistas, el mercado negro de pieles de teju está activado. Existirían miles de pieles provenientes de Argentina, que estarían siendo “blanqueadas”, a la espera de salir como pieles de Paraguay.

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