“La obligación de sanear”

El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, indicó que su obligación “es sanear” la Iglesia, al referirse a la denuncia que presentó ante la Justicia contra el Pbro. Gumercindo Caputo Segovia, por supuesto abusos sexuales contra menores.

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El actual presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, indicó que en el caso del padre Caputo ha actuado de acuerdo al protocolo de denuncias en caso de abuso sexual. Explicó que han mantenido al máximo la privacidad como indica la directiva.

Relató que cuando se inició el proceso se informó a las autoridades correspondientes y se terminó conforme a las indicaciones de la Iglesia. Expresó que tiene sentimientos contrapuestos: dolor por todo lo que significaron los casos que afectaron a adolescentes y por el sacerdote. Agregó que el caso de Caputo lo “heredó” (ocurrió durante el gobierno de su antecesor Pastor Cuquejo) y como actual arzobispo le toca llevar adelante un procedimiento canónico. “Tengo que ser fiel a la Iglesia y tenemos la obligación de sanear. Lo dijimos en el comunicado que los obispos emitieron el jueves, en el que por una parte pedimos perdón por el escándalo, que son pecados graves, y por otra sentimos compasión y misericordia ante la situación de estas personas que tienen dignidad y exigen respeto, que tienen privacidad y requieren de cuidado de la Iglesia”, apuntó.

Preguntado cuándo se sucedieron los casos, el arzobispo indicó que aún no puede ahondar en el tema porque se está en una etapa de investigación a cargo de autoridades civiles.

Cuando se le mencionó que sucedió en época de Cuquejo, indicó que él estaba en ese momento, pero en  su caso ha cumplido una obligación muy pesada. “Tuve que hacerme asesorar por los canonistas y por personas que no puedo dar nombres para llevar adelante un proceso objetivo, claro y transparente”, resaltó.

Para el obispo, de parte de la Iglesia ha terminado el proceso y se ha comunicado a la Santa Sede, que tomará los recaudos necesarios.

Valenzuela indicó que estos hechos no se pueden ocultar, sino que dentro de la caridad se debe buscar la verdad, que es una investigación larga y difícil porque muchas veces los mismos jóvenes no quieren que se revele su nombre; sus padres tampoco quieren que sus hijos se expongan.

Agradeció a la prensa por haber dado a conocer la postura de los obispos. Dijo que en este caso se trabaja en base a dos columnas: la de la caridad que es el respeto a la dignidad de la persona; y la de la verdad, que es una investigación para ver hasta qué punto ciertos personajes de la Iglesia han aprovechado el poder sacerdotal para incurrir en delitos.

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