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Ha sido recitada por poetas como Manuel Ortiz Guerrero y cantada por músicos como José Asunción Flores. Los vestigios que aún guarda en algunos tramos presentan un bello paisaje, aunque todo está cubierto por la basura y los desechos.
Pero lo que es peor es que la misma Municipalidad de Asunción propicie una masacre para acabar con el último tramo que quedaba del Mburicaomí en la plaza Ne Rendápe Aju donde se pretende construir un puente y asfaltar una calle para dar paso al caos vehicular.
Varios árboles nativos ya fueron talados en el lugar y lo poco que quedaba del arroyo terminará en unos tubos de cemento.
Este es el “homenaje” que realiza el gobierno municipal de Asunción a una de sus reliquias, uno de sus recursos naturales más valiosos.