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No se nota, pero cada mes la comunidad educativa de la escuela Nuestra Señora de la Asunción pone de su tiempo y dinero para mantener el patio sin malezas. A principio de año invirtieron G. 750.000, gracias a aportes voluntarios de los padres para realizar la limpieza correspondiente.
La directora de la escuela, Lidia Rodas, señaló que cuentan con varios padres voluntarios para realizar la limpieza, y que necesitan una desmalezadora para el trabajo, ya que cada mes la hierba crece y es difícil retirarla sin esa herramienta. “Con las lluvias crecen más rápido. Tratamos de mantener el patio en orden, pero no llegamos a las malezas que abundan sobre la muralla de la escuela”, dijo.
Rodas señaló que el año pasado recibieron una donación de G. 25 millones de la Unión Europea, con la cual pudieron arreglar el alero y hall central de la escuela. “Terminaron las goteras, se cambiaron las tejas y las alfajías que estaban infestadas de termitas y ahora se está reacondicionando el sanitario. Este año vamos a volver a pedir mobiliarios al Fonacide. Hace años que solicitamos 120 sillas”, indicó. Agregó que aún no recibieron el aporte por gratuidad. Todo un pabellón tiene las tejas rotas.
En espera de licitación
Por otra parte el Colegio que comparte el mismo predio espera con ansias la licitación para culminar las obras inconclusas desde el año 2012.
En esa zona la maleza tiene más de un metro de altura y es ideal para la proliferación de los mosquitos transmisores del dengue, zika y chikunguña. La directora del colegio, María Mercedes Alonso señaló que constantemente solicitan la intervención de la Municipalidad, sin éxito.
“Esta tarde (por ayer) por fin se abren los sobres para ver las ofertas de la licitación para concluir las obras del colegio. Toda un ala del edificio histórico está clausurada desde el año pasado por los derrumbes. Esta semana el MEC nos informaría qué empresa se encargará de concluir las obras”, indicó.
La directora señaló que los problemas edilicios de la institución hicieron que disminuyera la matriculación de alumnos por el temor de los padres a posibles derrumbes.
De 600 estudiantes, el año pasado se redujo la matriculación a 400 y este año no sobrepasan los 350 alumnos.