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En 1541, don Domingo Martínez de Irala declaró la Casa Fuerte "Ciudad de Asunción y Capital de la Provincia del Río de la Plata, convirtiéndose en Ciudad Madre" por haber sido centro de conquistas.
En 1547, el papa Pablo III erigió el obispado de la Santísima Asunción del Paraguay, primero del Río de la Plata. Desde entonces, de hecho, la Santísima Virgen de la Asunción fue considerada patrona del obispado que ajustaba sus límites a los de la extensa Provincia del Plata.
Desde su pequeña capilla, convertida de improviso en Iglesia Catedral, Nuestra Señora de la Asunción recibía el culto debido. En 1727, los poderes públicos se ocupaban de la festividad de Nuestra Señora de la Asunción, patrona titular de esta provincia, como de una fiesta tradicional.
En 1742 llegó al Paraguay la nueva imagen venerada en el Oratorio y Panteón de los Héroes. En las actas capitulares del 1769, 1770 y 1789 se ocupan de los festejos del 15 de agosto como fiesta de primera categoría.
El 15 de agosto de 1812 se enarboló por primera vez el pabellón nacional el que, con ligeras variantes, sigue siendo el símbolo de la nación paraguaya. En 1816, el dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, ordenando los festejos de la "Asunción de Nuestra Señora la Santa Patrona Titular de esta Provincia", lanzó un decreto para "concurrir a la Santa Iglesia Catedral a rogar por el aumento de la religión y felicidad de la República".
La invocación a la Santísima Virgen María de la Asunción durante la Guerra Grande y la Guerra del Chaco fue permanente, pidiendo a la Madre de Dios la intercesión por todo el pueblo paraguayo.
El pueblo ha venido celebrando el 15 de agosto con demostraciones cada vez mayores y más numerosas de sencillo y puro regocijo público, alusivas a la Santísima Virgen de la Asunción y a la Patria. (Resumen de la carta del gobierno paraguayo a Su Santidad Pío XII. Asunción, junio de 1951).
La historia revela que la Virgen de la Asunción estuvo muy arraigada en la formación de la nacionalidad. Los conquistadores dedicaron estas tierras a su protección. En los años siguientes también fue reconocida su presencia, incluso bajo su protección se encomendaban los compatriotas que acudían a las contiendas bélicas. La fiesta de la Asunción se recordará el domingo con una procesión náutica que comenzará a las 14:00, seguida de la misa a las 16:00.