La escuela va al hospital

Las nueve aulas hospitalarias ubicadas en seis nosocomios de Asunción y zona metropolitana alcanzaron en el 2013 a 1.800 niños y adolescentes. El servicio está diseñado para que los menores internados no se retrasen en sus estudios. El periodo pasado, 61 estudiantes completaron el año lectivo desde las aulas hospitalarias.

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Génesis María Ortiz Lugo, de 9 años, se veía obligada a interrumpir sus estudios constantemente por una cardiopatía congénita. Esta afección al corazón la obliga a internarse por días o semanas en el Hospital de Clínicas de San Lorenzo.

Desde este año, Génesis acude al aula hospitalaria de este nosocomio, para no perderse las clases, en especial, las de matemáticas que son sus favoritas. La misma confesó con timidez que su sueño es convertirse en profesora de esta materia. Además, las actividades que realiza en el lugar le ayudan a distraerse de su enfermedad, por lo que mejora su ánimo y se recupera más rápido.

Como Génesis, otros 1.800 niños y adolescentes utilizan el servicio de aulas hospitalarias instalada en seis hospitales: Clínicas (San Lorenzo), Acosta Ñu, el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS), Centro de Emergencias Médicas, Instituto del Cáncer y el Hospital Nacional de Itauguá, como parte de un convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) que rige desde el 2009.

“El objetivo principal de este servicio es garantizar el derecho fundamental a la educación en cualquier situación en la que el niño o el adolescente se encuentre, y si el chico no puede ir a la escuela por una situación, en este caso médica, la escuela viene al niño”, explicó Stella Pistilli, directora general de Educación Inclusiva del MEC.

Hay niños que pueden llegar a pasar largas temporadas internados, corriendo el riesgo de perder el año escolar. Muchos hasta abandonan completamente sus estudios, complicando aún más su situación de vulnerabilidad, comentó Pistilli.

Gracias a las aulas hospitalarias, que a veces implican una atención personalizada junto a la cama del paciente, los niños pueden seguir aprendiendo para no perder el año, o en algunos casos, para completar el año lectivo. Este año culminaron un año lectivo un total de 61 estudiantes.

“Ellos van haciendo su aprendizaje académico sin salir del sistema, una vez que ellos son dados de alta se vuelven a insertar en el sistema, en la etapa correspondiente, y evitamos la repitencia y la posible deserción escolar”, acotó Pistilli.

Actualmente, unos 27 docentes imparten las clases de la educación básica, que contempla desde el primer hasta el séptimo ciclo. A menudo, los docentes se enfrentan a desafíos comunes en otros ámbitos de la educación pública, como son la falta de insumos o materiales para el aprendizaje.

La expectativa es solicitar un mayor presupuesto para el 2015 a fin de cubrir estas necesidades.

Rápida recuperación

Además del beneficio académico, las aulas hospitalarias cumplen una función de contención sicológica en los niños, quienes por su enfermedad misma ya se encuentran vulnerables. “En las aulas, la atención del niño no está focalizada en la enfermedad y ellos así se recuperan más rápidamente”, acotó la doctora Ida Esquivel.

Explicó que las aulas reducen la ansiedad en los niños, ya que estos comúnmente se preocupan por perder clases mientras están internados. “Ellos están así más tranquilos”, manifestó la doctora.

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