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Paralelamente, comenzará un relevamiento de las casas asentadas a lo largo de la naciente del Mburicaó a fin de comprobar el sistema de tratamiento de los afluentes domiciliarios y evitar el vertido en el canal. La falta de conciencia de los que viven en la ribera del cauce evidencia la poca educación ambiental que sufren muchos asuncenos.
El nivel de contaminación de este arroyo, símbolo de la ciudad, llega a tope a medida que se aproxima a la desembocadura del río Paraguay.
A lo largo de su recorrido va recogiendo los efluentes cloacales de las viviendas y en la zona de Tablada, pasando la Avda. Artigas, hacen lo propio las fábricas.
LA FRANJA DE SEGURIDAD
La mayor preocupación actual constituyen los desbordes de estos canales en días de lluvia. La definición de una "franja de seguridad", establecida a través de una ordenanza, en la cual se especifique a partir de cuántos metros de la orilla de los arroyos se puede construir; la reubicación de familias cuyas casas se encuentran en lugares de riesgo en caso de desborde; la recuperación de los arroyos que se encuentran contaminados, constituyen solo algunos de los desafíos para los técnicos.
Para el director general de Desarrollo Urbano, Arq. Julio Ramírez, queda claro que la Municipalidad de Asunción "nunca aprobó ni puede aprobar construcciones sobre los arroyos", pero mencionó que "existen títulos de propiedad que establecen el límite de un predio hasta el borde del arroyo".
Pero -agrega la Arq. Ana Flores, jefa del Departamento de Rehabilitación Urbana- no está claramente definido desde cuántos metros de la orilla de un arroyo se puede construir.
"No está claramente definido y ese es un tema que nosotros, a partir de estudios que estamos haciendo sobre los arroyos, queremos que se delimite; puede ser a través de una ordenanza, porque constituye una problemática muy específica. A partir de los estudios que estamos haciendo es que queremos ir definiendo cuál es esa franja de seguridad".
TAREA COMPLICADA
La definición en sí del borde de un arroyo es complicado porque con el tiempo esos cursos de agua van erosionando sus bordes y, en estos casos, se van agrandando. Por ello el establecimiento de estos límites tiene que ir acompañado de otra serie de acciones para evitar que esos límites puedan ir modificándose.
En la práctica lo que sucede es que existen personas que, cuando van perdiendo terreno por la erosión, realizan construcciones irregulares, sin permiso, para ir recuperando lo que perdieron. "Hay personas que tienen sus propiedades con título hasta el borde del arroyo y aquí es importante aclarar que es hasta el borde y no sobre el arroyo", aclara el Arq. Julio Ramírez.
También hay casos en que la gente no afectada por la erosión simplemente amplía su propiedad y construye sobre el arroyo ganando terreno, sin el permiso municipal. Se realizan entubamientos que cambian el curso del arroyo, lo que a su vez puede ocasionar serios desbordes. "Cuando se entuba un arroyo, para empezar, cambia el tamaño del cauce. Por la ley del embudo, en la parte más amplia el agua circula de una manera, pero al angostarse tiene más fuerza y, por ende, más arrastre del agua que circula, pudiéndose producir desmoronamientos, advierte Ana Flores.
Recalcó que la Municipalidad de Asunción no autoriza el entubamiento de los arroyos porque los mismos tienen una importancia fundamental para la ciudad ya que constituyen canaletas naturales de desagüe pluvial y conducen agua dulce. Por tanto, mantener libres los cursos de los arroyos tiene una importancia fundamental para la ciudad.
Con ese criterio es que los bordes de los arroyos son de "propiedad pública municipal", en la práctica actual una verdadera utopía.