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Line Bareiro, experta del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw), una organización dependiente de las Naciones Unidas que se enfoca en los derechos de las mujeres y en la no discriminación a este género en aspectos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, comenzó diciendo que hay cuestiones que se deben tener en cuenta.
“Hace 30 años nada más no había ni un solo país del mundo, ni Suecia, ni Noruega, los más avanzados del mundo, que quisieran aprobar un artículo sobre violencia, al aprobarse la Convención Cedaw. Yo le entrevisté a Aida González y Esther Denis, quienes son las que redactaron el borrador, e incorporaron el tema de la violencia en un artículo específico, y nadie quería aprobarlo. Hace muy poco tiempo, en el año 1979, ningún país del mundo estaba dispuesto a aprobar el artículo contra la violencia.
Tenemos que pensar que la violencia contra las mujeres es un fenómeno extendido, que estuvo presente en toda la historia, es una forma de mantenimiento de un poder y que solamente la no legitimidad en los últimos 30 años fue muy acelerado.
Pasamos al otro lado, toda la región de América Latina y el Caribe tienen leyes contra la violencia y el gran tema es la campaña personal del secretario general de las Naciones Unidas: poner fin a la violencia”, explicó la experta del Comité Cedaw.
Violencia y muertes en América Latina
“En este periodo corto, se cambió mucho en el sentido de deslegitimarse la violencia contra las mujeres. Lo más importante es que el Comité Cedaw rápidamente incorporó en una recomendación general que todos los países del mundo reporten sobre la violencia al comité. América Latina es el continente con más mujeres en el poder, la más alta representación política de las mujeres y también con la más alta tasa de feminicidio del mundo, en donde más se matan a las mujeres”.
Una ley integral sin aprobación
Con respecto al proyecto de ley integral presentado en el periodo anterior de administración del Ministerio de la Mujer, Line Bareiro señaló que se está todavía bastante atrás que los demás países de la región. “Leí con mucho cuidado ese proyecto de ley integral, y creo que es una muy buena base de discusión, un borrador, pero nunca se discutió porque realmente el Ministerio de la Mujer consideró no discutirlo con las organizaciones sociales que manejan el tema. Y las organizaciones solicitan el retiro del proyecto del Congreso.
Line recalca que es el momento propicio para recomenzar el proceso, no desestimando el proyecto porque tiene muchos elementos rescatables. “Es el momento propicio para que trabajemos con todas las personas que queremos poner fin y sobre todo que no haya impunidad con la violencia hacia las mujeres y las niñas. Para que podamos crear una ley integral que realmente sirva para ese propósito con medidas cautelares que sirvan efectivamente. En Paraguay, a pesar de que se sabe internacionalmente que no se puede de ninguna manera intentar conciliación y pedir habitualidad, se siguen teniendo estas prácticas. Creo que es urgente que haya un buen involucramiento, que haya un proceso como el que se hizo justamente con el liderazgo de las trabajadoras del servicio doméstico, un estupendo proceso participativo como se hizo también con el proyecto de ley contra toda forma de discriminación que duerme en el Congreso”.
No hay instrumentos para la asistencia
La experta también dijo que es muy importante que hagan procesos participativos, pero que también el Congreso Nacional cumpla con su función de legislar y que se vea después cómo bajar a terreno hasta el último lugar del territorio nacional. “Por ejemplo, una docente observa que una niña tiene signos de violencia, tiene que poder saber cómo actuar con la Policía, con el sistema de salud, con quien sea, pero si no tiene los instrumentos suficientes por parte del Estado para poder actuar, no podrá hacerlo, y es eso lo que tenemos que lograr, no solo generar una buena ley y medidas cautelares que es urgente, sino además hacer aterrizar eso y, por supuesto, trabajar en el cambio cultural que es absolutamente fundamental. La cultura cambia cuando también las leyes cambian”, puntualizó.
clopez@abc.com.py