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La Comuna tiene potestad para el efecto, según el Reglamento General de Tránsito (RGT), pero las autoridades municipales prefieren hacer caso omiso a la imperiosa necesidad de ordenar la circulación vehicular, dejando que el caos se apodere de las calles y la prepotencia de los conductores marque el ritmo del tráfico asunceno.
Un tránsito desordenado, embrollado, que lleva al borde de un ataque de nervios, es el que se vive cotidianamente en las calles de Asunción. El crecimiento acelerado del parque automotor exigió más cantidad de vías alternativas asfaltadas, así como un ordenamiento del tránsito.
Sin embargo, las pocas medidas adoptadas hasta hoy por las autoridades municipales, principalmente de las direcciones de Tránsito y de Ingeniería de Tráfico de la Comuna capitalina, resultan insuficientes en algunos casos y torpes en muchos otros.
Para muestra un botón. Ayer, a lo largo de la avenida Eusebio Ayala, principal vía de ingreso y salida de Asunción, comprobamos que no existe un solo cartel que prohíba el giro a la izquierda. “Todo lo que no está prohibido, está permitido”, adujo un automovilista que realizó el giro. Por tanto, una fila de vehículos y maniobras forzadas se produjeron a la altura de cada abertura del paseo central de la vía.
Tampoco se vio a un solo oficial de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) que dirigiera la circulación de vehículos, para aliviar las interminables colas provocadas con cada intento de giro a la izquierda de algún conductor. A la altura del Km 5 el problema se agrava, pues el tráfico se complica con la presencia de buses de gran porte, que ingresan o salen de Asunción, y otra importante masa de automóviles y motocicletas que desembocan en Eusebio Ayala a través de las transversales.
Las autoridades comunales tienen la posibilidad de cambiar esta situación, según el RGT (ver info).