Jueves Santo: De la institución de la eucaristía, del orden sagrado y del amor

Este día adquiere un particular relieve dentro de la Semana Santa. La relevancia se debe, en primer lugar, a que con el Jueves Santo, se produce como un vértice en el ciclo pascual del año litúrgico. En el mismo día, concluye la Cuaresma y también se inicia el triduo pascual. Recuerda la institución de la eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento del amor.

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En segundo lugar, la relevancia se da también a nivel de celebración litúrgica, pues en este día se tienen encuentros muy significativos para la Iglesia. Un encuentro, marcado litúrgicamente, es el que realiza el obispo con todos los sacerdotes de la diócesis y también de los fieles en general. Es más, es la única celebración litúrgica que se indica que debe realizarse año a año entre el obispo y todos los sacerdotes que trabajan en la diócesis.

La celebración litúrgica es una eucaristía que se denomina misa crismal. En este encuentro litúrgico se produce como una sucesión de poder, mediante la bendición de los óleos. Vale indicar que en la Iglesia, el poder de santificar y de gobernar es siempre comunicado mediante la sucesión apostólica. Se bendicen los óleos con los cuales se transmite la gracia a través de los sacramentos.

Podemos decir por eso que en esta ceremonia se tiene un maravilloso testimonio de la conexión apostólica y la universalidad de la Iglesia. Pues el obispo, sucesor de los apóstoles, bendice los óleos que transmitirán la gracia sacramental en el bautismo, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de los enfermos.

Por otro lado, en esta misma misa crismal los sacerdotes que ejercen su ministerio en la diócesis hacen renovación de sus promesas sacerdotales como signo de comunión en toda la Iglesia. Es uso en la Iglesia tener este acto en horas de la mañana y es fijada para el día jueves; sin embargo, por razones de distancia u otras que son valoradas pastoralmente, también puede tenerse en otro día, antes del Jueves Santo.

En horas de la tarde de este día se celebra otra misa. Esta lleva el nombre de “la Cena del Señor”. Esta reunión eucarística tiene también su particularidad relevante. Hace una conmemoración de la así llamada última cena de Jesús con sus apóstoles que, teológicamente, celebra la institución de la eucaristía con las lecturas alusivas a este hecho fundamental. En esta celebración también se conmemora la institución del sacerdocio a imagen de Jesucristo.

Así, la primera lectura recuerda la celebración de la Pascua para el pueblo de Israel, donde se establece todo el ritual de la cena con el cordero. Esta cena celebra fundamentalmente la liberación que Dios realiza con su pueblo.

La segunda lectura que se proclama en la misa es la que narra, con el pasaje de la carta de San Pablo a los Corintios, propiamente con las palabras de Jesús, la institución de la eucaristía que son tomadas luego para la consagración, así como hoy se repite en cada celebración.

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