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“Pidieron disculpas al ministro y ratificaron sus reclamos de mayor inversión para Educación. No tenemos que permitirnos agredir ni física, ni verbalmente al punto de denigrarnos. Es impensable construir y mantener la legitimidad del reclamo cuando nos tratamos de basura”, dijo Giménez.
Por su parte, Felipe Domínguez de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios, señaló que lo negativo comenzó con las declaraciones del ministro un día antes de la marcha, cuando ya pudo haberlo advertido en la Mesa de Trabajo Estudiantil que se celebró una semana antes. “Para nosotros sus palabras (al respecto de aplazar a quienes se manifestaran) fueron un amedrentamiento y eso hizo que más jóvenes se sumaran a la marcha. No justificamos ningún acto de violencia cometido en contra del ministro, pero sus declaraciones no fueron coherentes”, añadió.
El estudiante aclaró que el ministro tenía conocimiento de la marcha y que se le informó oportunamente a través de una nota que ingresó al MEC el 9 de setiembre. Riera había dicho que no sabía de esta actividad y con ello justificó sus declaraciones.
Mesa ambigua
Domínguez también calificó de ambigua la Mesa de Trabajo Estudiantil porque se desviaron los compromisos firmados por una mejor educación. “No nos expuso el proyecto de Presupuesto que ya se presentó, teniendo en cuenta que la mesa fue creada con carácter resolutivo”. La viceministra respondió a este reclamo argumentando que la mesa de los estudiantes “nunca va a ser resolutiva”, porque es solo para el debate y no para resolver hechos específicos.