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Oración inicial
Animador: Comenzamos nuestro encuentro en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Vamos todos a rezar al Espíritu Santo, para que El nos ilumine y nos guíe en este encuentro de hoy, diciendo: Todos: Ven, Espíritu Santo. Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán creados. Y renovarás la faz de la tierra. Oremos. ¡Oh Dios! Que iluminaste los corazones de los fieles con las luces del Espíritu Santo, haznos por El conocer el bien y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Animador: Navidad en Familia nos reúne para estar juntos. Tanto necesitamos de vivir unidos, tener confianza uno con el otro y juntos podemos vencer la inseguridad que hay en la sociedad. Nuestras familias deben ser el lugar privilegiado para encontrar alegría y paz. Nos preparamos para pedir a Jesús, Príncipe de la Paz, la ansiada tranquilidad y paz en nuestros hogares.
Animador:Pidamos al Divino Maestro que escuchemos atentamente las enseñanzas que tendremos en el encuentro de hoy.
Todos:Jesucristo, Maestro, ayúdanos a vivir tus enseñanzas.
Animador: Recemos a nuestro Padre celestial con las palabras que Jesús nos enseño:
Todos:Padre nuestro...
Canto.
Lectura bíblica: Mt. 18,21-35
Reflexión:
Cuando nos bautizamos, formamos parte de la comunidad cristiana pues recibimos la gracia de Dios, nos convertimos en ciudadanos del cielo y en herederos del Reino. ¡Qué hermoso regalo de Dios! Sin embargo, por boca de nuestros padres y padrinos estamos asumiendo un serio compromiso que, luego, cuando seamos grandes, lo asumimos personalmente, por el sacramento de la Confirmación. Ser cristiano, católico, es sin duda una gran cosa: una herencia feliz de la vida eterna que nos espera. De nosotros depende.
Jesús nos presenta el Reino de Dios como la suma de todas las felicidades. Pero para alcanzar este Reino, es necesario comprometernos con Jesús: "No temas a los que solo pueden matar el cuerpo, pero no el alma. Teman más bien al que puede echar el alma y el cuerpo al infierno", nos dice Jesús. Juan Pablo II siempre enfatizaba el compromiso de los fieles en la sociedad. No decía que debemos promover la dignidad de la persona, defender la vida desde su concepción, asumir un compromiso serio con la familia como primer campo del compromiso social. Decía también que debemos poner todo nuestro esfuerzo en pro de la caridad y de la solidaridad; que tenemos la responsabilidad de iluminar la política con la luz del evangelio; situar la persona en el centro de la vida económica y social y evangelizar la cultura y las culturas del hombre.
El compromiso con Jesús nos pide una vida fiel a nuestro deber de estado: como padres, como hijos, como esposos, como estudiantes, como profesor, como patrón, como empleado, como sacerdote, como laico. Ser fiel es nuestro primer y principal compromiso. ¿Qué les parece si cantamos "Yo soy tu evangelio, Señor..." y reflexionamos un momento sobre esto? Decía la madre Teresa de Calcuta: "El único evangelio que leerá mucha gente es el de nuestro ejemplo". ¡Qué compromiso!, ¿verdad?
Vamos a compartir
¿Qué tipo de sociedad estamos viviendo actualmente?
Citemos cuáles son los compromisos más urgentes que debemos asumir, como cristiano, ya sea en el campo religioso, cultural, político, económico o social.
¿Cómo tenemos que actuar para que, con nuestro compromiso, contribuyamos a transformar nuestra sociedad?
Vamos a rezar
Jesús maestro: Somos herederos del cielo, regalo que nos diste en nuestro bautismo. Tu Reino, Señor, es la felicidad perfecta que todos deseamos alcanzar.
Danos la fuerza de promover en nuestro vivir diario y en todos los ambientes la dignidad de las personas. Haz que asumamos el compromiso de ser fieles a tus enseñanzas cumpliendo a cabalidad nuestros deberes de estado: de padres, de esposos, de hijos, de ciudadanos.
Que tu evangelio ilumine la política y la justicia para que los que las administran se esfuercen en construir su Reino de Amor en esta querida tierra paraguaya. Amén.
Compromiso evangélico
Comprometerse con el Señor es prestar ayuda y servicio a quien necesita. Visitemos a alguien que está enfermo y necesita de nuestra ayuda en el vecindario.
Oración final
Animador: La vida y el quehacer de nuestra Iglesia nos comprometen a una permanente revisión y reflexión sobre nuestras acciones pastorales, a fin de responder a las distintas realidades que se presentan. Esto requiere de mucha oración, reflexión y, sobre todo, de participación de todos los miembros de la Iglesia. Vamos a rezar para que estemos abiertos a la acción del Espíritu Santo.
Todos:Señor, Dios nuestro, nos ponemos una vez más a la escucha de tu Palabra revelada en Jesucristo, que nos envía a cumplir la misión evangelizadora de la Iglesia.
Que el Espíritu Santo nos ayude a escuchar con mayor claridad tus enseñanzas para descubrir lo que quieres de tu Iglesia Católica en el Paraguay de hoy.
Fortifica en nosotros como miembro de tu Iglesia, el espíritu de comunión y participación para realizar fielmente nuestra misión evangelizadora en el mundo.
Confiamos en la mediación de María Santísima y de San Roque González de Santa Cruz, te decimos: ¡Habla Señor, que tu Iglesia escucha!
Amén.
Animador: Terminemos nuestro encuentro, rezando a María, nuestra Madre: Dios te salve, María...
Canto final.
Animador:
Animador:
Animador:
Todos:
Animador:
Todos:
Canto.
Lectura bíblica: Mt. 18,21-35
Reflexión:
Cuando nos bautizamos, formamos parte de la comunidad cristiana pues recibimos la gracia de Dios, nos convertimos en ciudadanos del cielo y en herederos del Reino. ¡Qué hermoso regalo de Dios! Sin embargo, por boca de nuestros padres y padrinos estamos asumiendo un serio compromiso que, luego, cuando seamos grandes, lo asumimos personalmente, por el sacramento de la Confirmación. Ser cristiano, católico, es sin duda una gran cosa: una herencia feliz de la vida eterna que nos espera. De nosotros depende.
Jesús nos presenta el Reino de Dios como la suma de todas las felicidades. Pero para alcanzar este Reino, es necesario comprometernos con Jesús: "No temas a los que solo pueden matar el cuerpo, pero no el alma. Teman más bien al que puede echar el alma y el cuerpo al infierno", nos dice Jesús. Juan Pablo II siempre enfatizaba el compromiso de los fieles en la sociedad. No decía que debemos promover la dignidad de la persona, defender la vida desde su concepción, asumir un compromiso serio con la familia como primer campo del compromiso social. Decía también que debemos poner todo nuestro esfuerzo en pro de la caridad y de la solidaridad; que tenemos la responsabilidad de iluminar la política con la luz del evangelio; situar la persona en el centro de la vida económica y social y evangelizar la cultura y las culturas del hombre.
El compromiso con Jesús nos pide una vida fiel a nuestro deber de estado: como padres, como hijos, como esposos, como estudiantes, como profesor, como patrón, como empleado, como sacerdote, como laico. Ser fiel es nuestro primer y principal compromiso. ¿Qué les parece si cantamos "Yo soy tu evangelio, Señor..." y reflexionamos un momento sobre esto? Decía la madre Teresa de Calcuta: "El único evangelio que leerá mucha gente es el de nuestro ejemplo". ¡Qué compromiso!, ¿verdad?
Vamos a compartir
¿Qué tipo de sociedad estamos viviendo actualmente?
Citemos cuáles son los compromisos más urgentes que debemos asumir, como cristiano, ya sea en el campo religioso, cultural, político, económico o social.
¿Cómo tenemos que actuar para que, con nuestro compromiso, contribuyamos a transformar nuestra sociedad?
Vamos a rezar
Jesús maestro: Somos herederos del cielo, regalo que nos diste en nuestro bautismo. Tu Reino, Señor, es la felicidad perfecta que todos deseamos alcanzar.
Danos la fuerza de promover en nuestro vivir diario y en todos los ambientes la dignidad de las personas. Haz que asumamos el compromiso de ser fieles a tus enseñanzas cumpliendo a cabalidad nuestros deberes de estado: de padres, de esposos, de hijos, de ciudadanos.
Que tu evangelio ilumine la política y la justicia para que los que las administran se esfuercen en construir su Reino de Amor en esta querida tierra paraguaya. Amén.
Compromiso evangélico
Comprometerse con el Señor es prestar ayuda y servicio a quien necesita. Visitemos a alguien que está enfermo y necesita de nuestra ayuda en el vecindario.
Oración final
Animador: La vida y el quehacer de nuestra Iglesia nos comprometen a una permanente revisión y reflexión sobre nuestras acciones pastorales, a fin de responder a las distintas realidades que se presentan. Esto requiere de mucha oración, reflexión y, sobre todo, de participación de todos los miembros de la Iglesia. Vamos a rezar para que estemos abiertos a la acción del Espíritu Santo.
Todos:
Que el Espíritu Santo nos ayude a escuchar con mayor claridad tus enseñanzas para descubrir lo que quieres de tu Iglesia Católica en el Paraguay de hoy.
Fortifica en nosotros como miembro de tu Iglesia, el espíritu de comunión y participación para realizar fielmente nuestra misión evangelizadora en el mundo.
Confiamos en la mediación de María Santísima y de San Roque González de Santa Cruz, te decimos: ¡Habla Señor, que tu Iglesia escucha!
Amén.
Animador:
Canto final.