Jesús cuida a los niños

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Oración inicial
Animador: Comenzamos nuestro encuentro en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Vamos todos a rezar al Espíritu Santo, para que El nos ilumine y nos guíe en este encuentro de hoy, diciendo: Todos: Ven, Espíritu Santo. Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado. Y renovarás la faz de la tierra. Oremos. ¡Oh Dios! Que iluminaste los corazones de los fieles con las luces del Espíritu Santo, haznos por El conocer el bien y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Animador: Navidad en Familia nos reúne para estar juntos. Tanto necesitamos de vivir unidos, tener confianza uno con el otro y juntos podemos vencer la inseguridad que hay en la sociedad. Nuestras familias deben ser el lugar privilegiado para encontrar alegría y paz. Nos preparamos para pedir a Jesús, Príncipe de la Paz, la ansiada tranquilidad y paz en nuestros hogares.

Animador: Pidamos al Divino Maestro que escuchemos atentamente las enseñanzas que tendremos en el encuentro de hoy.

Todos: Jesucristo, Maestro, ayúdanos a vivir tus enseñanzas.

Animador: Recemos a nuestro Padre celestial con las palabras que Jesús nos enseñó:
Todos: Padre nuestro...

Canto.

Lectura bíblica: Mt. 19,13-15
Reflexión:
Jesús tenía un amor muy especial a los niños. Los niños son los preferidos de Dios. Jesús mismo se identificó con los niños: "El que recibe a un niño en mi nombre, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a quien me envió" (Lc. 9,48). Los niños son tan importantes, porque ellos serán, el día de mañana, la sociedad, la patria, la Iglesia. Por este motivo, debemos cuidar mucho la formación de los niños. Ellos son una materia pura, limpia, moldeable. Los padres tienen la responsabilidad de formarles, desde la más tierna edad, en el conocimiento de Dios, el amor a Dios y al prójimo.

Los padres deben pensar que los hijos ven todo lo que ellos hacen, aunque por el momento no lo entiendan, pero más tarde recordarán lo que vieron hacer a sus padres, lo que oyeron decir a sus padres. Si practicaron las virtudes, o si se dejaron llevar por los vicios de la bebida, la infidelidad, las malas palabras, el desprecio a los demás; ellos los imitarán después. Para los niños nadie es mejor que papá y mamá, ellos son sus "ídolos". ¡Cuidado para no defraudarles! Lo que el niño más necesita es el amor de sus padres. No necesitan tanto juguetes o cosas, sino cariño, presencia y comprensión. Que sus padres pasen algunos minutos con ellos.

Los discípulos quisieron impedir que los niños llegarán hasta Jesús, pero El les dijo: "Dejen que esos niños se acerquen a mí y no les impidan que vengan a mí: el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos. Jesús les impuso las manos..." (Mt. 19,13-15). El amor del papá, de la mamá, un niño nunca olvidará y, el día de mañana, cuando ellos sean padres, sabrán dar ese mismo amor a sus hijos. Cuidemos de nuestros niños, amemos a nuestro niños y tendremos, el día de mañana, una sociedad sana, una sociedad de amor.

Pidamos a María que proteja siempre a todos nuestros niños.

Bendición de los padres a sus hijos:
1- En este momento los padres impondrán las manos sobre los niños, repitiendo esta oración. Queridos niños y niñas, hoy pedimos las gracias y bendiciones de Dios sobre ustedes. Jesús tanto amó a los niños y niñas. Que el Niño Dios derrame su amor redentor sobre cada uno. Que les proteja de todos los males. Que el amor y la amistad entre ustedes sean una realidad según el Espíritu Santo de Dios. Que esta Navidad nos encuentre a todos unidos en la familia, unidos entre vecinos, unidos en el perdón y en la fraternidad. Que Dios les bendiga; en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (Los adultos se abrazan y felicitan a los niños presentes. Luego, comienza el pesebre viviente de los niños).

2- Presentación infantil del pesebre viviente
Los niños hacen el pesebre viviente según estos cuadros. Que los animadores jóvenes les ayuden.

Primer cuadro: El anuncio a María (Lucas 1,26-38).

Segundo cuadro: María visita a su prima Isabel (Lucas 1,39-56).

Tercer cuadro: El pesebre de Belén, Jesús nace (Lucas 2,1-21).

Canto final:
Noche de Paz.
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