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María Elena Riquelme, madre de la pequeña Anita, quien falleció en espera de un donante de corazón, comentó que es un orgullo y satisfacción muy grande que otras personas mejoraran su calidad de vida gracias a la donación de las córneas de su hija.
Por su parte, Analía Etcheverry, madre de Ailana Thais, comentó que aceptaron ser solidarios y permitieron que cinco niños mejoraran su calidad de vida, a través de la donación de su corazón, córneas y riñones.
“Como madre sé lo que se siente, pero es la posibilidad de dar a otro de seguir viviendo. No tengo problema de decir que mi hija fue donante”, afirmó.
Ambas lamentan que persista la negativa a donar, pese que existen las condiciones necesarias.
El Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) tiene registrados más de 21 donantes voluntarios.