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Fue durante la charla magistral que dictó el jueves último en el salón auditorio “Prof. Ing. Enzo Debernardi” de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Sostuvo que se debe dar a las instituciones técnicas independencia para que puedan ser imparciales, para que el trabajo sea netamente a base de criterios técnicos. De cómo se usen estos resultados, señaló que “va a depender de otras decisiones posteriores”.
La charla fue dirigida a alumnos y docentes, con presencia del vicerrector de la UNA, Arq. Amado Franco Navoni, del presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Dr. Luis Alberto Dávalos; del profesor Juan Carlos Rolón, director de investigación, y de la candidata a senadora por la ANR, Blanca Ovelar.
El Ing. Clemens explicó que en cuanto a calidad cada persona entiende una cosa distinta. Por ello, resaltó la importancia de tener una base, una infraestructura de la calidad integrada por varios componentes, entre ellos: normas, ensayos, certificaciones, que están estrechamente relacionados y que forman una red cuyo orden lógico está basado en una jerarquía técnica; y esta red nacional debe orientarse por los requisitos internacionales.
Solo si se cumple con estos requisitos es posible lograr un eficiente comercio de productos e intercambio de servicios a nivel mundial, que pueda apoyar al país para dos temas grandes como: protección al consumidor y para la competitividad de la nación, dijo.
Agregó que una infraestructura nacional de la calidad establecida y reconocida internacionalmente representa el corazón de la política de la calidad nacional y puede ser aplicada a todos los parámetros de los productos y procesos.
Señaló que siguiendo reglas ya existentes a nivel internacional, cada país tiene el desafío y la responsabilidad de implementar una infraestructura de calidad teniendo en cuenta sus condiciones en materia de legislación, así como de sus posibilidades y necesidades.
Advirtió que no existe una receta, sino que se trata de un proceso en el cual se debe buscar consenso entre el sector público y privado y demás partes interesadas.
Insistió en que se debe sentar bases claras, donde las normas o reglas no tengan que poder discutirse, para que se puedan tomar decisiones con base en criterios técnicos.
“En el contexto internacional, un metro es un metro y no 90 centímetros. Una norma tiene criterios que son los mismos, no se interpreta en un país una cosa y otra distinta en otro, porque eso siempre crea confusión al final. Necesitamos una base común”, resaltó.