Las inequidades sociales afectan notablemente a la salud y representan una cuestión de vida o muerte. "Los más pobres padecen elevados niveles de morbilidad y mortalidad prematura", manifestó el viceministro de Salud Pública, Dr. Edgar Giménez.
Dentro de un mismo país, las diferencias en relación con la esperanza de vida son impactantes y reflejan la situación mundial: los más pobres de entre los pobres padecen elevados niveles de morbilidad y de mortalidad prematura. "Pero la mala salud no afecta únicamente a los más desfavorecidos; en todos los países, con independencia de su nivel de ingresos, la salud y la enfermedad siguen un gradiente social: cuanto más baja es la situación socioeconómica, peor es el estado de salud", apuntó el Dr. Giménez.
Según Giménez, la inequidad social afecta a la salud. "Poder cambiar esta realidad depende de la sociedad paraguaya, de las instituciones y sociedad civil", señaló.
Resaltó que actualmente el Paraguay cuenta con una población donde el 35% de la gente es pobre, mientras que el 19% de esa franja vive en situación de extrema pobreza. "Existen cerca de 100 mil indígenas, cuyas condiciones de vida son el reflejo contundente de las inequidades en que vivimos en el Paraguay".
La esperanza de vida de un niño difiere enormemente en función de dónde haya nacido. En Japón o en Suecia, puede esperar vivir más de 80 años; en Brasil, 72; en India, 63; y en algún país africano, menos de 50 años.
"Si analizamos la mortalidad en el país, podemos observar que fallecen a diario unos 10 niños, la mayoría de ellos por causas evitables. Si observamos de dónde provienen estos chicos, vamos a ver que son de sectores donde las condiciones de vida son las más disminuidas", resaltó el galeno.
Recordó que las diferencias sistemáticas en el estado de salud pueden evitarse mediante la aplicación de medidas razonables. Corregir la inequidad sanitaria, las desigualdades y las diferencias de salud susceptibles de solución, que existen dentro de cada país y entre los países, es una cuestión de justicia social y un imperativo ético.
Dijo que esta distribución desigual de experiencias perjudiciales para la salud es el resultado de una nefasta combinación de políticas y programas sociales deficientes, arreglos económicos injustos y una mala gestión política.
Mejorar
En este sentido, el Ministerio de Salud Pública, en trabajo conjunto con otras instituciones se encuentra trabajando con el objetivo de conformar un comité gestor de determinantes sociales de la salud, de forma a encarar juntos alternativas de salud para mejorar la calidad de vida de la población, subrayó finalmente el viceministro.