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Un Congreso Eucarístico es la reunión de los fieles cristianos, en adoración y celebración festiva, para profundizar los contenidos bíblicos magisteriales de la historia de la Iglesia y comprometerse en aportar el amor de Cristo hacia los demás, explicó el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela.
El evento, que tendrá sus días festivos desde el jueves hasta el próximo domingo, tuvo todo mayo un precongreso en las parroquias.
Preguntado por qué se organizó un Congreso Eucarística, Valenzuela indicó que hay despertar e interés de la feligresía por la eucaristía, sin embargo se necesita doctrina; no solo basta la experiencia, la adoración, sino también hay que agregarle la motivación doctrinal, “o sea, por qué creemos en la eucaristía, qué fundamentos bíblicos hay, cómo se proyecta la eucaristía en la sociedad”.
Habló también de una motivación histórica que influyó para la realización de Congreso. Se cumplen 470 años de la creación del primer obispado del Río de la Plata, con sede en Asunción. Mons. Juan Sinforiano Bogarín hace 80 años promovió el primer Congreso Eucarístico Nacional, después de la Guerra del Chaco, que sirvió para dar fuerza espiritual al pueblo. Y también se recuerdan 30 años del Congreso Eucarístico Nacional que se organizó como preparación a la visita del papa Juan Pablo II.
Primero la patria
Igualmente, Valenzuela contextualizó el Congreso Eucarístico a la realidad del país. En ese sentido, apuntó: “Actualmente, estamos en vísperas de nuevas elecciones, de momentos políticos, de roces, conflictos de grupos, entre personas, y hay ofensas, y ante estas realidades queremos transmitir una Iglesia fraterna”. En sentido, indicó todos los habitantes merecemos respeto como personas y que las autoridades estén al servicio de la patria. “Queremos transmitir que, por encima de intereses partidarios, está el bien de la patria. Y desde la comunión con Cristo estar en comunión con todo el país”, puntualizó.
El arzobispo asegura que con el pontificado de Francisco, su calidez y sencillez pastoral, contribuyó para que mucha gente vuelva a misa los domingos, pero aún así reconoció que una buena parte no tiene esa posibilidad de participar por falta de sacerdotes y de catequesis. “Tenemos 90 parroquias y 500 capillas. Hay sacerdotes que deben celebrar hasta tres misas para poder acompañar a sus comunidades. La arquidiócesis tiene 160 sacerdotes y necesita 300 para cubrir mínimamente. Tenemos un grupo de diáconos permanentes que presiden la celebración de la Palabra, reparten la comunión en las capillas, pero faltan más sacerdotes, y este Congreso también tiene como finalidad suscitar la vocación en los jóvenes. Para ellos se preparó este congreso en este Trienio de la Juventud”.
Finalmente, habló de la necesidad de recuperar el sentido del domingo como el Día del Señor, por se el primer día de la semana y día en que resucitó Jesús.