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Miles de jóvenes de todos los rincones del país participaron del lanzamiento del trienio de la juventud en el santuario de Caacupé, en el día en que se recordó el primer aniversario de la visita del papa Francisco a Paraguay.
Primeramente, el cardenal Beniamino Stella presidió la misa, y a su término los obispos de Paraguay que concelebraron la liturgia invitaron a los jóvenes a participar de los tres año destinados a promover el protagonismo de los jóvenes en la Iglesia y en la sociedad.
El obispo asesor de la Pastoral Juvenil Nacional, Mons. Ricardo Valenzuela, explicó que el trienio es un llamado a reparar la Iglesia, y hacerse cargo de la sociedad paraguaya.
“Los cristianos, y en modo especial los jóvenes, quieren ser protagonistas del cambio. Al decir del papa Francisco: no queremos balconear la vida, no nos queremos quedar a mirar desde afuera los problemas humanos y sociales, no nos queremos quedar en la cola de la historia, ya que también podemos ser protagonistas de ella”, indicó.
Agregó que como Jesús, que no se quedó a mirar desde afuera las dificultades y los males de las personas y del pueblo sino que se metió en ella, los jóvenes también están llamados a meterse en los pueblos y ser los constructores de una sociedad más justa y más fraterna.
Los descartados
“Esta opción preferencial por los jóvenes, desde la fe puesta en Dios, necesariamente nos llevará a contracorriente, porque son muchos los males que históricamente ha sufrido esta hermosa tierra paraguaya. Necesariamente tendremos que ir contra la corriente porque muchos valores del reino de Dios se contraponen a los antivalores presentes en esta sociedad: los males de la corrupción como gangrena de la sociedad, la pobreza que amplía el anillo de miseria de las grandes ciudades y multiplica los descartados de la sociedad, los indígenas y campesinos que aún sufren el atropello y la falta del cumplimiento de sus derechos”, puntualizó.
Finalmente, Valenzuela sostuvo que ha llegado el momento de decir basta a tanta corrupción humana, cultural y social.