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El ministro de Educación resaltó que Ramón Indalecio escribió los primeros libros de lectura paraguayos (El Paraguayo I, II y III) para las escuelas, ya que tras la Guerra de la Triple Alianza y la ocupación, que duró hasta 1878, solo se contaba con libros de texto de autores argentinos.
Aguilera también mencionó una anécdota de cuándo era director del Colegio Nacional de Capital y con el ministro de Educación de ese entonces decidieron rendir un homenaje a Indalecio Cardozo en Villarrica su pueblo natal, hasta donde fueron a buscar su tumba, pero grande fue la sorpresa que nadie sabía dónde descansaban sus restos. Luego tras investigar se supo que están depositados en el cementerio de la Recoleta.
El ministro lamentó que la figura y legado de Ramón Indalecio Cardozo sean poco conocidos y estudiados, y exhortó a los investigadores que tomen su figura para varios estudios.
Del acto también participó la bisnieta de Indalecio Cardozo, María del Carmen Ávila Cardozo, quien relató anécdotas que contaba su abuelo sobre su padre Ramón Indalecio para quien el almuerzo familiar era sagrado así como la sopa paraguaya que no debía faltar en la mesa, a la que le decía “el pan de esta tierra”.
María del Carmen también apuntó que el educador murió en Buenos Aires como consecuencia de un cáncer de piel, tras convertirse en un exiliado político.
Ramón Indalecio Cardozo publicó profusamente sobre pedagogía y psicología, según destaca José E. García en el ensayo sobre “La historia de la psicología en el Paraguay”. “Cardozo es reconocido como el teórico más importante que ha producido la pedagogía nacional”, apuntó.