Homobono González nació un martes 13 de 1905, fecha que siempre le dio muchísima suerte. “Yo viví ya todos esos años, cumplo 102 en un martes 13. Nací en un martes 13 y eso me dio mucha suerte. Yo estoy todavía para vivir muchos años más. Hasta me quiero casar otra vez, será con la tercera esposa”, nos cuenta don Homobono, ante la sorpresa de sus camaradas de la Guerra del Chaco. Ellos comentan que su amigo sería el último fundador vivo de Nanawa, donde fue soldado bajo las órdenes del comandante Federico Smith. Relata su camarada de lucha Mario Albino Ortiz, que Homobono “fue uno de los 20 hombres que fundaron Nanawa, uno de los bastiones durante la Guerra del Chaco”. Fue atacada en dos oportunidades violentamente, en 1933. “En un momento, desde los cuatro puntos cardinales. El era uno de los soldados que estuvieron en la defensa de Nanawa. Nosotros somos amigos desde la guerra”, explica este veterano, de 92 años. Homobono se casó con Juana, con quien no tuvo hijos.

Luego se casó con Elena Delia Arzamendia, quien falleció en 1999, a los 72 años. El matrimonio tuvo ocho hijos (cinco varones y tres mujeres): Tomás, Francisco, Gervasio, Julián, Asunción, Margarita, María Elena y Ramón. El nació en Tavapy, hoy Roque González; terminó el sexto grado y se dedicó con mucho afecto a toda su familia siempre, ganándose el afecto de cada uno, de sus amistades y vecinos. Hoy vive con tres de sus hijos en el barrio Los Laureles. Su hija Asunción ayer estuvo sumamente emocionada, y lagrimeó de la felicidad en varias ocasiones, al igual que sus amigos.

Ella, acompañada por sus otros hermanos, los nietos y biznietos elaboraron un variadísimo menú para agasajar al cumpleañero: sopa paraguaya, empanada de pollo con pasas de uva, canelones con queso, milanesa a la napolitana de pollo, berenjena a la vinagreta, patitas de cerdo. De postre, crema de chocolate con frutas abrillantadas, y la clásica torta.

La fiesta fue ayer en la vereda de la casa, y en la calle, con carteles, globos, papeles de colores, banda de música folclórica y niñas bailarinas, vestidas con el typói. Comenta Asunción que su papá se levanta a las 8:00 ó 9:00. Se baña, toma mate con uno de sus hijos. “Desayuna conmigo té con leche, té de naranja con leche, lo normal. Almuerza pollo, pescado, mucha verdura, poca carne de vaca. O un menú liviano, como sopa de verduras”. Por la noche la cena es pancho con ensalada rusa, y una latita de cerveza. Alrededor de las 23:00 ó 24:00 toma el postre, que puede ser un jugo de naranja, ensalada de frutas o yogur.

El cumpleañero se pregunta por qué ha cumplido tantos años. “Quizá es mi secreto; honrar a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga, buena y próspera vida”.

Un pedido de su amigo Mario Albino Ortiz, en nombre de todos los excombatientes, es el siguiente: “Agradezco a la Acción Social por esos G. 700.000 que nos dan, pero los veteranos necesitamos otra ayuda, no un aumento en dinero, sino que nos provean remedios gratis; todos usamos cinco a seis medicamentos, muy caros. Podemos ir con la receta, para que nos den esos remedios que necesitamos”.

Entre la música típica paraguaya, el baile y los gestos de alegría, este hombre de 102 años celebró su cumpleaños como lo que es: un hombre bueno.


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Fotos: Juan R. Avila.