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A nombre del Colectivo de Análisis, Reflexión e Información, que forman varias organizaciones civiles y católicas progresistas, Cervero propuso siete tareas para esta reunión del episcopado latinoamericano, prevista del 13 al 31 de mayo.
La primera consistiría en reconocer que América es un continente pluricultural y que muchos sectores han optado por el camino de la increencia y la indiferencia religiosa, a los que debe respetar.
Por ello, prosiguió, la Iglesia no tiene por qué tratar de evangelizar y cristianizar a la sociedad, sino ofrecer humildemente a quien quiera escucharla libremente un mensaje de esperanza y orientaciones útiles.
Cervera confió además que en Aparecida (Brasil), sede de la V Conferencia del Celam, la Iglesia Católica demuestre ante los pueblos indios, mestizos y mulatos, el convencimiento de que los dinamismos que conforman a la Iglesia y la vivifican provienen de la totalidad de sus miembros, en un plano de igualdad básica.
Indicó que la Iglesia debe sumarse, sin ningún afán protagónico, a la lucha de los pueblos por su vida y su dignidad, dejando de lado el temor de malquistarse con los señores del dinero y del poder político y el etnocentrismo.
Señaló que el catolicismo debe continuar con su compromiso de dedicar todas sus energías al combate contra la pobreza, para lo cual debe adoptar estrategias radicales.
Recomendó a los obispos entrar en un diálogo respetuoso y profundo con académicos de todas las disciplinas para encontrar nuevas maneras de expresarse que sean más inteligibles e inspiradoras para la sociedad en temas delicados y espinosos de la ética como la eutanasia, el aborto o las parejas gays.