Gracias, Santo Padre cantará el pueblo

Gracias, Santo Padre, escrita por Christian Arzamendia, fue elegida anoche como la canción que identificará la visita apostólica al Paraguay de Su Santidad, papa Francisco, programada para los días 10, 11 y 12 de julio. Otras dos canciones también fueron seleccionadas por el jurado para ser grabadas en un CD para su difusión.

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Inspirados en el lema oficial de la visita –Papa Francisco: mensajero de la alegría y de la paz–, ocho fueron las canciones que compitieron anoche en el Centro Paraguayo Japonés por ser el himno oficial de la visita del papa Francisco al Paraguay.

El tema elegido fue Gracias, Santo Padre, que es una polca. Explora las necesidades de un cambio a partir de la venida de Su Santidad a nuestro país. A partir de ahora esta música amenizará la previa y los actos oficiales durante la visita del Papa, prevista para los días 10, 11 y 12 de julio. La música fue escrita por Christian Arzamendia, a quien le acompañaron Néstor Benítez, José Gauto y Fernando Ugarte. En teclados estuvo Sergio Cuquejo; batería, Luis Chaparro; guitarra, Néstor Benítez; acordeón, Rodrigo Pereira, y en arpa, Marcelo Rojas.

Gracias, papa Francisco, de Marcelo Jiménez, fue elegida como segunda canción; mientras que otra, con el mismo nombre (Gracias, Papa Francisco), se ubicó en el tercer lugar.

Las otras canciones que compitieron fueron: “Roca de la Iglesia”, interpretada por la agrupación católica Llagas, de Ciudad del Este. “Mensajero de la Alegría y de la Paz” y “Ne Ñe’ê Tomyenyhê Ore Korasõ”. La canción es un deseo, hasta una oración, en el sentido de que recibir al Papa es una gran bendición.

Asimismo, compitieron “Fiel mensajero” y “Pastor con sonrisa de niño”.

El festival fue muy emotivo y vibrante. Cada grupo demostró una gran capacidad interpretativa, según el jurado integrado por el sacerdote Nilo Zárate, la hermana Enriqueta Pourier, el maestro Enrique Alfonzo, la cantante Silvia Mariela, el maestro Miguel Ángel Etcheverría, la directora de coro Cristina Vera y el maestro Luis Álvarez.

Solo un grupo de 500 personas pudo presenciar el espectáculo porque el local tiene solo esa capacidad. Afuera quedaron cerca de 1.000 personas que ya no pudieron ingresar. El enojo de las mismas era hasta comprensible, porque desde las 17:00 ya hubo cola de gente para ingresar al local, que fue elegido a último momento, porque en principio el espectáculo fue programado para el salón Banedicto XVI del Seminario Metropolitano.

Además del espectáculo que ofrecieron los artistas, el público, entre quienes se encontraba el arzobispo Edmundo Valenzuela, vibró con cada artista. Algunos grupos incluso trajeron su propia hinchada que le dieron brillo al acto.

Los aspectos negativos de la noche fueron la numerosa cantidad de gente que no pudo entrar y la impuntualidad, porque el evento fue fijado para las 19:00 y comenzó con 40 minutos de retraso. La animación de los presentadores tampoco estuvo a la altura del espectáculo, así como el sonido que en algunos momentos registró cortes.

Pero en general, la dedicación que pusieron los artistas, el bullicioso público y la actuación de Liza Bogado superaron las deficiencias.

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