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El doctor Gómez ya venía atendiendo en su control prenatal a la señora Ester Bareiro Martínez, de 41 años. El parto por cesárea se tenía programado para el 3 de marzo. Se había planeado que la mujer viajaría en barco rumbo a Concepción para tener a sus bebés en el Hospital Regional de aquella ciudad, pues en la Unidad de Salud no disponen de equipamientos para realizar una cesárea.
Sin embargo, el miércoles la embarazada comenzó a sentir fuertes molestias y acudió al citado médico, quien al darse cuenta de que las contracciones eran demasiadas, decidió subir a la mujer en una deslizadora que utilizan diariamente y viajar de urgencia hacia Concepción.
Luego de tres horas de viaje, los dolores ya eran insoportables para la señora, señaló el galeno. Faltando 30 kilómetros para llegar a Concepción, la paciente rompió bolsa, pero aún así el doctor decidió seguir lo más rápido que se pudiera, pues el parto normal era demasiado complicado y riesgoso. Diez minutos después inspeccionó a la mujer y notó que el pie de uno de los bebés ya estaba afuera, por lo que decidió detenerse a costado del río y asistir el parto de dos varoncitos.