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“Estamos esperando que traiga la unidad para esta Iglesia. Estábamos todos divididos por los problemas que surgieron. Ahora queremos paz para trabajar todos juntos”, apuntó Robert Brizuela, del Movimiento de Adoración Perpetua.
Agregó que los fieles están con mucha fe y la esperanza de que todo va a cambiar.
Preguntado qué le espera al nuevo obispo, indicó que Alto Paraná es una comunidad trabajadora y él debe ser el factor de unidad, para que haya más amor porque hubo mucha división.
Jorge Bogarín, del segundo año del seminario San José, también espera que el nuevo obispo trabaje por una Iglesia unida y que ayude a que nazca más vocaciones. Agregó que adoptó por la vida consagrada para servir a Dios y al pueblo. Valoró la labor que realizó Livieres Plano y espera que Mons. Steckling trabaje muy de cerca con los fieles para que haya mucho amor y que la gente se acerque a la Iglesia.
A los jóvenes instó a no tener miedo de seguir a Jesús porque hoy muchos andan por otros caminos alejados de su enseñanza.
Alma Portillo de Borba considera al nuevo obispo como una persona de Dios, porque así se presentó en su primer encuentro con la comunidad. Agregó que él está llamado a trabajar por la unidad, comenzará de nuevo; deberá rehacer todo lo que ya se hizo y continuar la obra de Dios.
Al referirse a la comunidad, indicó que ya pasó la tempestad, ahora todos deben acercarse al obispo, para que esta Iglesia sea unida.
De la sede de la diócesis, como es la capital departamental, Ciudad del Este, indicó que es una laboriosa comunidad, agrícola y comercial, de gente trabajadora, hay una numerosa colectividad de extranjeros, que da mucho trabajo. Agregó finalmente que la ciudad no está pasando por un buen momento económico por la crisis mundial, pero con la ayuda de Dios podrá superar las contingencias.
En tanto que el nuevo obispo dijo que se acercará a sus colaboradores que son los sacerdotes, religiosas y laicos, y formará equipos para gobernar juntos la diócesis para que reine el diálogo y la unidad.