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“Estoy feliz y emocionada con mis cinco hijos. Es una bendición muy grande. Jaquelin, mi hija de 6 años, está muy ansiosa de conocer a sus hermanos. Pero la Navidad y el Año Nuevo vamos a pasarlos en el hospital, porque Hugo, Iker, Xiomara, Abigail y Araceli necesitan desarrollarse por un mes más, en terapia”, nos dijo Antonia al levantarse del sillón donde se sentaba, a la sombra de la planta de mango ubicada en el amplio predio del hospital San Pablo. El sanatorio se ha convertido en su hogar desde hace casi cuatro meses, cuando llegó embarazada.
Mientras acomodaba los pañales, la cunita y la sabanita que recibió en donación de personas que se enteraron por los medios de comunicación sobre su maternidad, agradeció y dijo que los quintillizos llegaron a su vida de una manera absolutamente natural.
Oriundos de la ciudad de Santa María, departamento de Misiones, se conoció con Miguel cuando ella tenía 14, y él 16. Eran compañeros del colegio. Pocos años después se casaron por civil. Cuando ya llevaban 7 años juntos, llegó un embarazo. Era un niño y lo esperaron con mucho amor, pero perdieron al bebé. Con fortaleza y el respaldo de sus familiares superaron el dolor, hasta que, hace seis años llegó la nena: Jaquelin.
Nuevo hermanito
En enero de este año, Antonia y Miguel, ambos misioneros, decidieron que era momento de buscar un segundo bebé. Ella dejó de aplicarse el anticonceptivo y pasaron meses soñando cómo sería el hermanito de Jaquelin.
Por el alto riesgo de su embarazo, Antonia vino a Asunción a internarse en el Hospital Materno Infantil San Pablo, desde que tenía cinco meses de gestación.
Los cinco bebés que siguen en incubadoras, solo para completar el procedimiento normal de desarrollo, nacieron el 6 de este mes.
Antonia extrae su leche para darles, pero antes se estaban alimentando del banco de leche del hospital. Y más adelante necesitarán tomar fórmula.
Nos dijo que el padre se encargó de elegir el nombre de los nenes, y ella, de las niñas. No tuvieron que esperar mucho para conocer el sexo de los bebés. Desde la ecografía que se hizo Antonia a los cuatro meses, ya se mostraron claramente que serían tres nenas y dos varones.
Respecto a cómo harán para atender a tantos niños a la vez, dijo que proviene de una familia numerosa, y tiene mucha experiencia en cuanto al cuidado de bebés.
Sus hijos de cortejo
Antonia contó que el matrimonio religioso es una materia pendiente para la pareja. Ahora que llegaron “los bendecidos regalos”, piensan celebrarlo, cuando los bebés sean más grandes, con una linda ceremonia, con los “quinti” como cortejo.
Los quintillizos nacieron con 1,328, 1,310, 1,400, 1,216 y 1,250 gramos y se espera que mediante la alimentación por sonda logren alcanzar los 1,800 gramos (peso para el alta médica), así como el desarrollo pulmonar y físico para poder trasladarlos a una sala común.
Método canguro
Actualmente, los cinco bebés están en la Unidad de Terapia Intensiva para mejor monitoreo, señalaron los médicos del Hospital San Pablo e informaron que lo bueno es que respondieron muy bien a la leche materna a través de la sonda, por lo que es cuestión de tiempo que vayan ganando gramos.
Agregó que tanto ella como el padre iniciaron ya el método canguro, que incluye que por dos horas diarias sostienen a los recién nacidos para brindarles afecto. El objetivo de este método es disminuir el estado de estrés al que están sometidos los bebés prematuros que quedan en terapia. Esta práctica ayuda también al desarrollo físico y neurológico de los pequeños, según los especialistas.
Se estima que los recién nacidos permanecerán internados de uno a más meses, “si no existen complicaciones por el camino”.