Se recibió en la Universidad de La Plata (Argentina), volvió a Paraguay y retribuyó sus conocimientos siendo docente y ayudando a muchos otros compatriotas a perfeccionarse en el extranjero. Puede decirse entonces que ella inauguró la primera Facultad de Veterinaria del Paraguay, y que fue la primera mujer veterinaria, con otros dos doctores.
Durante su generación fue una de las pocas mujeres que dedicó su vida al estudio. “Amé mi vocación, es lo que te puedo decir. Aún después de jubilarme (creo que fue en el 78) atendía con mi esposo, teníamos una farmacia llamada “Del Águila” (en la zona de Pettirossi), y ahí venían también con sus animalitos”, expresaba con orgullo el año pasado durante una entrevista de este matutino.
Opinaba que “la mujer paraguaya es lo más grande del mundo porque es capacitada y conserva la humildad”.