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Con la idea de alcanzar la calidad educativa se van incorporando estándares de medición que vienen de fuera, con lo cual se pierden necesidades y requisitos que desde el país se tienen, señala el doctor Jordi Longás.
En esa línea explica que si la calidad educativa pasara solo porque los niños sean buenos en matemática sería todo muy fácil. “Nuestras investigaciones en Paraguay y en otros países señalan que el concepto de calidad educativa pasa por niños que tienen un buen trato”, dijo.
Jordi apunta a que se debe reflexionar el concepto de calidad, pero desde una visión contextualizada. En ese sentido, indicó que la relación entre la escuela y la comunidad marca pautas.
“Entre ambos existe una articulación necesaria y es un elemento de calidad importante en muchos lugares del mundo”, indicó.
Jordi habló de evaluaciones como Pisa que es un muy buen instrumento para establecer comparaciones de rendimiento educativo por países y es útil para decir hacia dónde orientar la educación, pero cuando la lectura se simplifica es peligroso y no sirve porque lo que no se pueden comparar son los contextos como niveles de pobreza o la historia de democracia o dictadura de cada país, etc.
“Paraguay no saldrá bien en Pisa, la primera vez, y no pasa nada, el problema es si no salir bien se convierte en una lucha política, discusión o construcción de un imaginario de que el país va mal y la educación es un desastre. Lo que es necesario es hacer un currículum más vinculado a la vida, y más útil. Esa debe ser la meta”, refirió.