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Durante una ceremonia en la Catedral de San Pedro fue ordenado ayer obispo del segundo departamento, Mons. Pedro Jubinville. El acto estuvo presidido por Mons. Martínez y concelebrado por el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Mons. Claudio Giménez y el obispo emérito de Ciudad del Este, Mons. Oscar Páez, quien fue primer obispo de esta jurisdicción.
Al acto asistieron otros obispos y el nuncio de Su Santidad, Mons. Eliseo Antonio Ariotti; sacerdotes del clero sampedrano, miembros de la Congregación del Espíritu Santo a la que pertenece y familiares del consagrado.
En la misa, el religioso fue presentado para ser ordenado y una vez leída la bula papal se procedió a los actos propios de la consagración.
En la homilía, el obispo consagrante, Mons. Martínez, recordó a Mons. Jubinville que el campo de la misión en San Pedro es grande, como grandes son todavía las inequidades y desigualdades sociales, que claman seguir luchando por la justicia, la protección, la dignidad, la asistencia y promoción humana de sus habitantes, de las familias, de los niños y jóvenes; grandes son los desafíos del ecosistema ante las amenazas de los desmontes que claman políticas claras y efectivas del Estado, de protección del medio ambiente, de la tierra, los ríos, bosques y de las personas.
Sostuvo además que grandes son las presiones en algunas regiones del departamento y que por inseguridad y miedo, muchos se ven obligados a dejar el terruño en búsqueda de mejores horizontes de vida y oportunidades, educación y trabajo digno.
También mencionó las grandes presiones de los potentes inversionistas que sin visión ni intenciones de responsabilidad social, guiados más bien por intereses personales o empresariales, arrinconan a sus vecinos a la indigencia y desarraigan a los pequeños agricultores o ganaderos hacia la periferia de la pobreza o fuera del departamento.
Martínez recomendó a Jubinville, que ante estos desafíos sociales trabaje con el Gobierno central, municipal y departamental en la aplicación de políticas firmes para el desarrollo rural y urbano, para mejorar y asegurar la vida digna y pacífica de sus habitantes.
El obispo castrense recordó que el desafío de la Iglesia es estar del lado de los pobres y excluidos, de aquellos que requieren el “amparo y el refugio” de la Iglesia.
“También ante el hambre del pan espiritual existente, la Iglesia debe a manos llenas ser mensajera del Evangelio, para saciar este hambre espiritual y convocar a todas las fuerzas vivas, a todos los actores sociales y religiosos del Departamento”, indicó.
Martínez propuso a Jubinville seguir con la Coordinación Multisectorial Sampedrana que cuando fue obispo de San Pedro inició con distintos sectores.
Al término de la misa, el religioso se dirigió a los feligreses y recibió el saludo de su nueva grey.
avelazquez@abc.com.py