Estacioneros consolidan la fe y la tradición con su arte musical

La participación de más de cincuenta estacioneros de todas las edades –que vienen aprendiendo el arte musical sacro de generación en generación– puso mayor fervor a la conmemoración de la pasión y muerte de Jesús representada ayer en la iglesia de Ñemby.

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Como todos los años, en Ñemby cada vez son más los estacioneros que participan de la celebración de la Semana Santa, especialmente, de la conmemoración del Viernes Santo.

Adultos, jóvenes y niños forman parte del grupo de estacioneros de la Sociedad Amparo Seguro de los Cristianos de la Compañía Rincón, bajo la dirección de los maestros Isidro Maidana, Aldo Centurión y Moisés Pavón.

Durante toda la celebración de ayer, los estacioneros conformados en grupos interpretaron sus canciones lastimeras dedicadas a la pasión y muerte de Jesucristo. Algunos de los cánticos que tienen recopilados en sus cuadernos incluyen “A Jesús crucificado” y “De rodillas”, cuyas letras se fueron transmitiendo de generación en generación.

El cura párroco Tadeo Brzuszer solicitaba ayer a cada momento a los estacioneros a que acompañen con su cántico. También realizaron una suerte de procesión en torno al templo y luego posó con ellos en demostración de apoyo.

Luego de la liturgia de las Siete Palabras, el padre Tadeo reflexionó sobre “cuál es nuestra cruz y qué hacemos con ella”.

Destacó que muchos acontecimientos de la vida nos endurecen, nos vuelven impermeables ante los hechos. En estos casos, la actitud del cristiano puede adoptar tres formas: ser como un huevo, que al pasar por agua caliente se endurece más; una papa, que se ablanda, o la de un café, que expide un delicioso aroma.

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